La vida secreta de los

La vida secreta de los personajes secundarios

Hoy quería detenerme en esos personajes que muchas veces pasamos por alto pero que, cuando están bien trabajados, pueden dar luz y riqueza a vuestras historias: los personajes secundarios.

En concreto, lo que más me encuentro en los escritos que leo en mis talleres literarios son personajes secundarios parecidos a esto:

-El escudero del héroe, que le acompaña y le ayuda en todo momento, arriesgando su propia vida.

-La amiga de la protagonista, con la que habla (solo) de sus problemas y que siempre está ahí para darle consejos.

-Padres, protectores o personajes similares que proveen dinero o alguna ayuda concreta.

-Ayudantes que no aparecen más que para hablar o aportar al trabajo del/ de la protagonista.

¿Detectáis un patrón? Esto no son personajes: son meros instrumentos para nuestra trama principal.

Nosotros tenemos claro cuál es la trama y el/la personaje principal. Está claro que si incluimos personajes secundarios lo hacemos porque van a tener una utilidad para esa trama, cierto, pero si SOLO aparecen con referencia a esa trama, o para ayudar al personaje principal, parece forzado. Irreal. Como un escenario de cartón-piedra.

¿Y sabéis qué? Que esos personajes pueden ser ambas cosas. Pueden servir a la historia Y, AL MISMO TIEMPO, ser verdaderos personajes que hagan brillar las escenas en las que aparecen. Para ello, voy a dar aquí 5 tips o claves que os pueden ser muy útiles.

Pero comienzo con una cita que me parece muy ilustrativa:

Trata a todos tus personajes secundarios como si creyesen que, en realidad, la historia trata sobre ellos. – Jocelyn Hughes

Es decir: ellos creen que son los protagonistas. ¡Pues sí! Y así debemos tratarlos. Como protagonistas de su propia historia que aparecen, de refilón, en la historia de otros. Sobre todo -aunque no solo- cuando escribamos una historia extensa como una novela o un guión de película.

¿Cómo conseguir que nuestro personaje secundario se vea realista y no solo una marioneta de la trama principal?

Dejo aquí cinco tips o consejos para que los personajes secundarios sean más completos y ricos, y no solo meros comparsas de los principales.

Aclaro que, por personaje secundario, me refiero a quienes  aparecen en la trama en varias ocasiones (sobre todo si se trata de historias extensas, como novelas o drama), que tienen diálogo y cierta relevancia en la historia (es decir, que sin ellos la historia no terminaría igual). Aquí van incluidos los “malvados”, los enemigos, o los antagonistas, por supuesto.

Personajes que apenas aparecen, que no tienen ni diálogos o ninguna relevancia, no serían secundarios sino el equivalente a los “extras” en tv o cine, y no necesitarían este trabajo.

Como ejemplos, en los tips para personajes secundarios, usaré dos de los arquetipos de personajes secundarios que más me suelo encontrar en los textos que leo en mis talleres: la amiga que aconseja a la protagonista y el ayudante/escudero del guerrero.

1-Haz que tengan su propia vida:

¿Qué quiero decir con esto?

Por ejemplo, que esa amiga de la protagonista tenga un trabajo (y lo sepamos) o algo a lo que se dedica, que tenga sus propios amigos o pareja, que sepamos por qué porqué le cae bien la protagonista (o no).

Y también, por ejemplo, que ese escudero tenga un pasado: que sepamos de dónde viene, cómo ha terminado siendo escudero o ayudante del protagonista. Si se lleva bien con él -o no- y si es feliz con su trabajo.

Es decir: que dediquemos algo de espacio a conocer la vida real de estos personajes MÁS ALLÁ de su colaboración con la historia principal y su ayuda a los protagonistas.

2- Haz que tengan sus propios objetivos:

Es decir, objetivos diferentes a los del/de la protagonista, se entiende.

Si en todas las apariciones de la amiga de la protagonista lo único que sabemos de ella es que quiere que su amiga sea feliz… algo falla. ¿Y ella, qué quiere, qué desea, por qué está luchando o con qué sueña?

Incluso puede -y sería muy interesante- que en algún momento los objetivos del escudero se crucen con los del protagonista o sean un obstáculo para él. ¿Y si el escudero busca vengar a su familia de un asesino… que resulta ser uno de los aliados del héroe? Este tipo de contraintenciones puede dar muchísimo juego a tu historia (especialmente en novela).

3-Haz que tengan sus propias tramas:

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Legolas y Gimli… ¡amigos para siempre!

Y si tienen su propia vida, con su pasado, y también sus propios objetivos, cuando estamos en novela o guión de cine es muy recomendable que alguno de los personajes secundarios tenga una pequeña subtrama. Es decir, que el personaje comience con un problema (un trauma, un conflicto, un reto), y que, a lo largo de la historia, veamos un pequeño desarrollo de ese problema y un fin.

Lo ideal es que esa subtrama sirva para ampliar tu mundo o para añadir dimensión al problema principal.

 

-Especialmente en un mundo inventado (fantasía, ccff, terror) o en un mundo de otra época, la subtrama de nuestro personaje secundario puede servir para dar ambientación. Por ejemplo, la subtrama de enemistad/amistad de Legolas y Gimli en El señor de los anillos, de J.R. R. Tolkien, nos ayuda a entender las complejas relaciones entre las diferentes especies en la Tierra Media, y la personalidad básica de cada una.

-En un mundo realista/actual (pero no solo) la subtrama de nuestro personaje secundario puede funcionar como espejo o inspiración para el/la protagonista. Ya sea para que el personaje protagonista vea la historia de su amiga y le sirva de ejemplo, o para que decida que eso no es lo que quiere, esa subtrama puede tener una utilidad muy rica en nuestra historia. Por ejemplo, la historia de Charlotte Lucas, amiga de Lizzy Bennet en Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, y su ridículo matrimonio con el señor Collins sirven para que Lizzy se reafirme en que ella quiere casarse por amor. La aparición de sus tíos, los Gardiner (sin subtrama propia, pero bastante bien trabajados), y su matrimonio lleno de cariño y respeto, son una inspiración de lo que ella aspira encontrar.

4-Haz que en los diálogos tengan su propio espacio:

Esto es algo que me encuentro muy a menudo: en los diálogos entre el personaje secundario y el/la protagonista solo se habla de los problemas del protagonista y de la vida de este… y nunca de la vida del secundario.

Aunque sean de menor extensión, para que el personaje secundario no parezca un mero comparsa, debemos reservar un espacio para que en los diálogos se hable también de su vida y sus problemas.

Frodo demuestra que es amigo de Sam porque le pregunta por su vida, por lo que echa de menos, por sus sentimientos por Rosie, la chica que le gusta. De la misma forma, Lizzy Bennet habla con Charlotte Lucas sobre su vida, sus aspiraciones y, más adelante, sobre su matrimonio con el señor Collins, los problemas de la vida de casada, etc.

5-Haz que tengan su propia personalidad.

Por último, y no por ello menos importante: es esencial que estos personajes tengan su propia personalidad para que parezcan personajes reales y no instrumentos de la trama.

¿Qué quiero decir con esto?

  • Rompe los estereotipos. ¿Y si el mejor amigo de esa chica con problemas es un chico, o una señora mayor, o una niña, o el panadero a quien le cuenta sus cosas? ¿Y si el escudero del guerrero es una mujer, o alguien que huye de la justicia y que en realidad tiene otra agenda?
  • ¿Y si el héroe con escudero es una mujer, y quien necesita consejos de amor es un hombre? ¿Y si alguno de nuestros personajes (secundario o no) es ciego, trans o de otra raza, simplemente porque sí, porque muchas personas de la vida real lo son y nuestras historias así resultan más creíbles? Lo primero que nuestra mente tiende a crear son, desgraciadamente, tópicos. Hay que esforzarse de forma consciente y activa para romperlos y buscar, así, personajes más ricos, complejos y atractivos.
  • Búscales su propia personalidad: Lo ideal es que estos personajes tengan sus propios defectos y virtudes, diferentes a los del/ de la protagonista. De hecho, casi diría que cuanto más diferente, mejor. Intenta que se muestre su personalidad en sus palabras, gestos y acciones. Aquí tienes algunos artículos míos para evitar errores clásicos a la hora de crear la personalidad de un personaje, o trucos para que no resulten sosos, así como  claves para perfilarlos y que resulten creíbles.
  • Dales el toque final: aquí describí cuál es el secreto para que un personaje secundario sea inolvidable.

¿Cómo has trabajado hasta ahora a tus secundarios? ¿Crees que han sido meros instrumentos de la trama o les creaste una vida y problemas propios? ¿Lo harás a partir de ahora? Cuéntame en los comentarios y seguimos charlando.


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Comentarios

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  3. Fernando castillo

    Tremendo artículo. Casualmente estoy escribiendo una novela negra; y e comenzado a darle esa luz propia al personaje secundario,hasta el punto…., de pensar que puede remplazar a los primarios y darle un giro a la trama y, terminar siendo el héroe de la historia. ¿Me puedes confirmar si eso ayudará mi novela?
    ¡Gracias!

    1. Hola, Fernando: es imposible decir si funcionará o no sin leer la novela, pero a priori parece una buena opción.
      Un saludo y que vaya muy bien

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