Copia de Copia de 2016 3

Cómo introducir información que tu personaje narrador no conoce

Este va a ser un artículo bastante específico, pero que trata una cuestión que me surge una y otra vez en mis talleres de novela, o en las revisiones que hago a novelas narradas. Es esta:

Ante la elección entre narrador omnisciente (la voz que sabe todo de todos los personajes) y narrador desde el punto de vista de un personaje (que solo conoce lo que conoce ese personaje, en 1ª o 3ª persona) me encuentro que muchas personas eligen el narrador omnisciente, pero no porque sea el más adecuado para su historia, sino porque es el más… fácil.  

¿La razón? Que muchas veces quieren incluir información que su personaje protagonista no conoce (por ejemplo, el pasado de un lugar al que acaba de llegar) y no saben cómo hacerlo desde el punto de vista de ese personaje.

Y optan por lo fácil: un narrador que lo explique.  Y aquí entonces nos podemos encontrar con un pequeño problemilla.

En una obra de ficción, explicar suele ser lo opuesto a emocionar.

Esa voz que todo lo explica puede hacer que nuestra historia pierda emoción e incluso intriga. Cuando elegimos una voz narradora debería ser porque es la que va a hacer que nuestra historia sea más emocionante, no por lo fácil que nos resulte explicar las cosas con ella… y claro, eso luego puede repercutir en que la obra no sea tan rica ni alcance todo su potencial.

¿Qué hacer, entonces?

En este artículo voy a hablar de:

  • > Una primera reflexión esencial sobre la información de nuestro relato o novela.
  • > 5 elementos de información que todo el mundo quiere mostrar en su relato o novela (¿se deben mostrar o no?)
  • >2 claves sobre cómo introducir información.
  • >7 técnicas para introducir información.

 

1. Una primera reflexión antes de introducir información en nuestro relato o novela

Antes introducir elementos en un relato o novela siempre deberíamos hacernos dos preguntas:

  1. ¿Es relevante que mi lector/a tenga esa información?

Generalmente, cada autor o autora suele tener una intuición bastante clara de la información que su lector/a necesita conocer para entender su mundo, sus personajes, o la coherencia de lo que ocurre. No obstante, aun así, en ocasiones me encuentro con información que realmente es innecesaria incluir, lo que se conoce como infodumping.

A veces, por ejemplo, en una novela histórica, al documentarnos hemos hallado información muy curiosa, como que los monjes del siglo X usaban alpargatas romanas (es un poner) y, como nos ha hecho gracia, lo contamos y se lo explicamos a nuestro lector/ con pelos y señales.

Y eso puede conseguir, si se repite mucho, que la historia pierda el ritmo, o incluso el hilo narrativo.

Lógicamente, no todo lo que aparece en una historia -sobre todo en una novela- es esencial para entender lo que ocurre, pero sí lo suele ser para conocer mejor a los personajes o la situación y para emocionar más. Ahí tendremos que usar nuestra intuición.

Muy bien, supongamos que hemos decidido incluir algo de información, que nos parece relevante, en nuestra historia. Aún hay otra pregunta que es VITAL responder, más importante si cabe:

2.  ¿Es más emocionante la historia si mi personaje o mi lector/a CONOCE esa información? ¿O es más interesante si NO LA CONOCE?

Espoiler: la mayoría de las veces es más interesante que ni el lector NI EL PERSONAJE conozcan toda la información. Dejar abiertas intrigas, de hecho, es lo que hace que nuestro lector quiera seguir leyendo.

Pero, además, en la vida real, en nuestra propia vida, yo, o tú, solo conocemos un poco de información del mundo. No lo sabemos todo. No tenemos una voz en off que nos explique a cada momento todo lo que ocurre a nuestro alrededor ni por qué.

Elegir una voz narradora que imite lo que a nosotros nos ocurre en la vida suele ser una buena elección en muchos casos, porque le da verosimilitud y suele aumentar la intriga.

Pero bueno, dejemos ya de hablar en abstracto y vamos con unos cuantos ejemplos claros.

2. Cinco tipos de información que todo el mundo parece querer mostrar

Estos cinco tipos de información son de los que más me encuentro que los participantes en mis talleres quieren incluir a toda costa en sus relatos o novelas…  y, justo para hacerlo, suelen elegir, ipso facto, narrador omnisciente.

Voy a preguntarme, de cada una de estas informaciones, si realmente es necesario que nuestro personaje o lector/a conozca esa información. Caso de que sí, quede claro que puede haber formas mejores, ágiles y naturales de incluir esa información, que detallo más abajo.

-Lo que otros personajes piensan o sienten del personaje protagonista: 

Tengo un ejemplo muy reciente de esto: en mi taller Comienza tu novela de fantasía o ciencia-ficción, una de las participantes había elegido narrador omnisciente. Sin embargo, al trabajar la historia y su trama vi que había una protagonista principal que estaba presente en casi todas las escenas y eventos, por lo que le sugerí, inmediatamente, que la historia se podía contar desde su punto de vista: sólo lo que ella conoce, piensa o siente (ya fuese en 1ª persona o en 3ª persona)

Además, en esa historia había un gran misterio que descubrir por lo que ese tipo de narrador es ideal, ya que tu lector/a se va a identificar con ese personaje y va a ir encontrando las pistas a la vez que el personaje y deduciendo al mismo tiempo.

Así que le pregunté por qué había elegido el narrador omnisciente. Y su razón principal era que había una subtrama de amor y quería mostrar lo que el otro personaje sentía por su protagonista. Es decir, quería mostrar lo que otros personajes sentían o pensaban de ella.

En este caso suelo ser tajante -y así se lo dije a ella: ¿realmente es necesario que tu lector/a sepa lo que siente el otro personaje por ella? ¿Es MÁS INTERESANTE si lo sabe, o si no lo sabe, y solo se lo imagina por lo que ese otro personaje hace o dice?

¿No es más emocionante si, como lectores, no estamos seguros del todo de si ese personaje está enamorado de nuestra protagonista o no, y tal vez está utilizándola para los propósitos de «los malos», o simplemente no está tan interesado? Vamos, ¡como en la vida real! Más quisiéramos todos tener un sentimentódromo que nos indicara en una conversación con otra persona: le gustas, no le caes bien, etc… ¿no?

Pero es parte de lo que hace la vida interesante… Bueno, vale, la vida no, pero definitivamente, sí es parte de lo que hace las novelas interesantes. 😉

En este caso mi voto sería NO EXPLICARLO y elegir voz narradora desde el punto de vista de nuestro/a protagonista… y que se imagine lo que los demás piensan o sienten.

-Lo que hacen «los malos» de la historia, o preparativos del crimen:

Esto lo he visto mucho, sobre todo en novelas de fantasía, ciencia-ficción o misterio y detectives:  autores y autoras que eligen el narrador omnisciente para poder mostrar escenas en las que vemos cómo «los malos» perfeccionan sus planes.

Es una opción que muchas películas y novelas clásicas solían usar: por ejemplo, en el clásico de «Superman» de los años 70 vemos varias escenas en las que aparece solo Lex Luthor con sus ayudantes terminando sus planes. Sería el equivalente a utilizar extractos o capítulos de nuestra novela para mostrar a los malos haciendo maldades sin que nuestro protagonista esté delante.

Dos consideraciones sobre esto:

ANUNCIO-MI-BLOG Cómo introducir información que tu personaje narrador no conoce>Primera consideración: si se trata de una historia de detectives, lo ideal es elegir el punto de vista del personaje que investiga el crimen y no salirse de él.

Sea en 1ª ó 3ª persona, tu lector/a va a disfrutar mucho más la historia si sabe lo mismo que el personaje principal, si conoce las mismas pistas, los mismos hechos y las mismas verdades y va deduciendo, a la vez que él/la detective, cuál es el misterio.

Si elegimos el narrador omnisciente, en cambio, le vamos a dar información a nuestro lector/a que nuestro detective no conoce y no suele tener mucho sentido. Además, al estar en narrador omnisciente y saber lo que piensan o sienten todos los personajes, por lógica, tendríamos que saber quién es el criminal o asesino… y se estropearía la intriga. Guardarse esa carta, cuando usamos el omnisciente, sonará a «truco». 

Más abajo, en las técnicas, puedes ver cómo tu personaje protagonista puede enterarse de cosas sobre otros personajes o de eventos en los que no ha estado presente.

>Segunda consideración: la principal razón para mostrar a los malos y sus planes (de los que aún nuestro personaje protagonista sabe poco o nada) es crear sensación de peligro para aumentar la tensión dramática y el interés de la historia. Y eso es genial: de hecho, sin esa sensación de peligro, una novela con «buenos» y «malos» puede perder mucho interés.

PERO ¡atención! se puede conseguir  esa sensación de peligro sin necesidad de salirnos del punto de vista de nuestro personaje protagonista. Basta que tu protagonista se entere de las ACCIONES que los «malos» están llevando a cabo (un robo, un atentado, un anónimo, una amenaza…).

¿Cuándo, entonces, tiene sentido mostrar al «malo» de nuestra historia haciendo sus maldades y elegir, por tanto, narrador omnisciente?

Personalmente, me parece una buena opción cuando se trata de un personaje CARISMÁTICO, incluso con su propio conflicto interno: el Joker de Batman, Hannibal Lecter en El Silencio de los corderos, Darth Vader en La Guerra de las Galaxias… Son personajes que incluso estamos deseando que cambien de bando (y alguno de hecho lo hace). Mostrarlos, entonces, podría ser algo que enriquezca la historia.

Pero eso sí, te animaría a que sus apariciones fueran MUY BREVES: a nuestro lector/a lo que le emociona es ver lo que hacen los personajes principales. Por ejemplo, ¿sabes que Darth  Vader en la película original de Star Wars solo aparece durante 8 minutos y 6 segundos????

De hecho, cuando MENOS LES VEMOS, más miedo nos dan -una de las leyes de las historias de terror.

-Eventos en los que el personaje no está delante:

Esto es muy normal. Me encuentro a veces con autores/as que me dicen que eligen el narrador omnisciente porque va a ocurrir un evento en su historia (un accidente, un robo, un encuentro entre dos personajes) en el que su personaje protagonista no va a estar presente.

¿Cómo se va a enterar el lector entonces, con PELOS Y SEÑALES?

Bien, pues más abajo dejo 7 técnicas diferentes para que esto sea posible incluso manteniendo el punto de vista de tu protagonista.

*Diferente es que quieras darle esa información a tu lector/a pero NO a tu personaje, por alguna razón de peso que lo justifique. Pero, en mi experiencia, suelen ser casos contados. 

-Detalles técnicos o científicos:

Aludiendo un poco al infodumping que comentaba al inicio de este artículo, muchas veces encuentro que el autor o autora quiere hacer uso de una voz omnisciente para mostrar un montón de detalles técnicos, científicos o históricos… que, probablemente, no sean relevantes para entender la historia -y para emocionarnos con ella.

Muchas veces, como decía antes, es más bien nuestro afán de mostrar a nuestro lector/a cuánto sabemos. O cuánto nos hemos currado ese mundo, fíjate, que hasta has pensado cómo se atan los zapatos en ese mundo de fantasía… cosa que a nuestro lector/a probablemente le importa cero, pero si ya lo sabes, ¿cómo no se lo vas a decir?

Aquí hay que tirar de lectores beta, correctores o profes de escritura, pues seguramente te darán una idea más clara de si esa información es relevante o ralentiza la historia sin más.

-El pasado de los personajes, de ese lugar o ese mundo.

Un clásico en muchísimas historias. En especial historias de ciencia-ficción o fantasía con mundos inventados: nos los hemos trabajado tanto que luego nos sentimos como: «pero… ¿cómo? ¿Con todo lo que he inventado para este mundo AHORA NO LO VOY A INCLUIR? Ni hablar. Toma CUCHARADA DE INFODUMPING…»

Pero también en novelas históricas sucede que hemos encontrado mucha información y queremos incluirla TODA. O en historias realistas, aparece cualquier nuevo personaje y es como: «Buah, ahora os VAIS A ENTERAR de todo LO QUE SÉ DE ESTE PERSONAJE: toma, aquí su infancia, aquí sus estudios, tres párrafos, y aquí sus más íntimos deseos…».

La tentación, ay, la tentación es grande. Porque el caso es que CONOCEMOS TODO ESO. Y, claro, queremos hacer uso de ello. Y, por tanto, la opción más rápida es narrador omnisciente y allí vamos a explicarlo todo, todo y todo.

Y sin embargo… En muchas ocasiones es información no relevante, o que no hace más interesante la historia.

O -y aquí llegamos al siguiente punto del post- SE PUEDE INCLUIR pero manteniendo el punto de vista de tu protagonista. Vamos a ver cómo:

CÓMO INTRODUCIR INFORMACIÓN QUE TU LECTOR/A O TU PERSONAJE NARRADOR NO CONOCE

2 CLAVES PARA INTRODUCIR INFORMACIÓN 

1) No introduzcas toda la información al inicio (de tu relato o novela) ni toda seguida.

Demasiado a menudo me encuentro -sobre todo en novelas de fantasía y ciencia-ficción, pero no solo- que se introduce toda la información de un mundo, de una situación o de un personaje, al inicio, por ejemplo, en el capítulo uno.

Justo esos momentos son aquellos en los que tu lector/a busca empatizar con tus personajes y emocionarse al introducirse en sus vidas o su mundo.

Recuerda la ley de oro: la información es opuesta a la emoción. 

Al principio solo hace falta que tu lector/a -o incluso que tu personaje- conozca lo esencial de esos personajes, esos eventos o ese mundo para empezar a interesarse por lo que ocurre. De hecho, dejar abiertas algunas intrigas puede ser incluso un elemento muy bueno para enganchar al lector y que quiera seguir leyendo.

Es mejor, entonces, ir dosificando la entrega de información a nuestros lectores o personajes. Especialmente en la escritura de una novela. La novela es como una maratón, es una carrera de fondo, no es bueno apresurarse.

2) No es necesario poner la narración en pausa:

Me encuentro muy a menudo una tendencia a detener toda la acción del relato o novela -y ponerla en «pausa»- para introducir un montón de información. ¡Cuidado! Explicación es opuesto a emoción. Por lo general, suele ser mejor entremezclar la explicación con acción y avance de trama.

Habría una opción, muy típica en películas y libros de misterio y aventuras, que es dedicar un capítulo entero (o una larga escena, en el caso de una película) justo cerca del final,  en el que un personaje desvela un montón de información clave: su pasado, algún evento que no se ha explicado, los motivos de otro personaje… En ese momento ese capítulo o escena larga cumple una función de anti-clímax: estamos tan cerca del final, han ocurrido tantas cosas emocionantes, que, después de muchos momentos de tensión, relajar a nuestro lector/a puede ser una buena opción antes de dar el subidón final a la tensión.

Pero estaría justificado siempre en ese momento de nuestra historia (tras el clímax y muchos eventos llenos de emoción en la segunda parte del nudo) y siempre que lo que se revele sea muy interesante y relevante para la trama, y que, además, hayamos generado mucha intriga alrededor de ese «secreto».

7 TÉCNICAS PARA INTRODUCIR INFORMACIÓN

Bien, supongamos que tenemos a nuestro personaje protagonista, por ejemplo, una mujer llamada Olivia, que está investigando un robo con homicidio en un país que no es el suyo. Al ser novela de detectives, va a ser más interesante que el punto de vista que elijamos para nuestra historia sea el de ese personaje (en 1ª o 3ª persona).

Supongamos que queremos que se entere de varios eventos del pasado de los personajes implicados en el crimen, de las leyes y costumbres de ese país, y, además, de algunos otros robos o atentados que está perpetrando «el malo» de nuestra historia.

¿Cómo podemos hacer sin recurrir al narrador omnisciente?

1) Por medio de NOTICIAS 

Este suele ser un medio muy socorrido. Olivia está viendo las noticias, o leyendo un periódico, o una web con información del día y así se entera de un suceso brevemente: «NUEVO CRIMEN DEL ASESINO DE LA ZAPATILLA. Esta mañana, ha sido hallado el cadáver de otro…«

Escuetamente, podemos dar la información relevante, los hechos que queremos que Olivia (y nuestro lector/a) conozca, en formato periodístico. Y ya la hemos informado de ello sin necesidad de recurrir al narrador omnisciente.

2) Por medio del DIÁLOGO CON OTRO PERSONAJE

Otro clásico, y más en las novelas de detectives: Olivia habla con la señora Bata (madre mía, de aquí sale una historia, ya lo estoy viendo 😂) quien le cuenta que conocía al último señor asesinado, sr Almohada y que no era de fiar.

Ojo: muy interesante de este medio de información es que, a diferencia de otros, no es 100% fiable. Como solía decir Hercules Poirot en las novelas de Agatha Christie, la gente siempre miente.

Por lo tanto, nos puede servir para dar información y, al mismo tiempo, para generar intriga. ¿Se puede pedir más? Por esas razones ADORO los diálogos.

3) Por un DIÁLOGO ESCUCHADO

Una variante de lo anterior es que Olivia se entere de que Mr. Zapatilla es extranjero no porque uno de los sospechosos se lo ha dicho A ELLA, sino porque se lo ha dicho a otro personaje, y ella lo oye. En este caso, la información puede ser algo más fiable de la que recibe ella directamente de otro personaje -pero no al 100%.

Por supuesto, aunque haya puesto un ejemplo de novela de detectives, esto sirve para todo tipo de historias. Por ejemplo, en una historia de fantasía puede ser así como nos enteremos de los poderes que tenía una de las magas que ahora se ha vuelto al lado oscuro. Y en una historia realista, así podríamos enterarnos de que uno de los personajes tiene un hijo con una enfermedad degenerativa.

4) Una lectura de un LIBRO o DOCUMENTO o VÍDEO.

¿Y si queremos que Olivia, o nuestro lector/a, se entere del pasado de ese mundo, o de ese país, o de esa familia? La mar de fácil. Puede leer un LIBRO, o cualquier tipo de documento o vídeo en el que se explique algo esencial para la historia. En este caso, en especial si se trata de un vídeo, se trataría de información muy fiable.

¡Pero atención! Intentad que sea breve y que, en la medida de lo posible ocurran al mismo tiempo que avanza algo de la acción. Las largas explicaciones de narradores clásicos como Tolstoi o Tolkien en la actualidad pueden resultarle demasiado detalladas y lentas.

5) Lectura de un DIARIO, CARTAS, EMAILS

Hablaba antes de que, con el narrador omnisciente, sentimos la tentación de, a cada personaje nuevo que aparece, contar su vida y sus secretos con pelos y señales.

Bien, con nuestra voz narradora desde el punto de vista de Olivia también podemos llegar a saber cosas de otros personajes, cosas que ellos no quieren decir. La solución: que Olivia lea su diario, sus cartas, sus emails o sus wassaps. ¡Es una detective y está intentando capturar a un asesino! A veces tendrá que incumplir normas. (Y, ya que estamos, vuestros personajes también. La gente que sigue las normas todo el rato suele ser menos interesante… en la ficción, claro).

La fiabilidad de esta información es también bastante grande, aunque aún se puede jugar con cierta intriga, si queremos.

6) Un personaje nuevo que no sabe nada y que PREGUNTA

Para explicar -interrumpiendo la acción lo mínimo posible- información esencial de ese mundo, ese país, o esa familia, o ese oficio, una buena manera es que aparezca un personaje nuevo que no sepa nada de nada… y alguien se lo explica. Incluso nuestro propio personaje protagonista.

Por ejemplo, llega un nuevo trabajador al hotel en el que han sucedido los asesinatos de Mr Zapatilla y Olivia escucha las explicaciones que le da el gerente sobre la hora a la que se hace la limpieza.

O si tenemos un mundo de fantasía, puede llegar una nueva alumna a la academia de magia y nuestra protagonista le cuenta cómo es la escuela, le habla un poco de los profesores y de lo que está permitido hacer o no.

7) Una LISTA DE LEYES, REGLAS O HECHOS al inicio de tu relato o libro

En el caso de llegar a un mundo totalmente nuevo, de fantasía, de ciencia-ficción, o de terror, o a un país nuevo o una familia con normas muy excéntricas, podemos usar (en vez de cualquiera de las opciones anteriores) esta otra: crear una lista de leyes o reglas al inicio de nuestro libro.

«Las siete leyes de la casa Despacio: 1. A medianoche, se apagan las luces. 2. … etc»

De esta forma no solo tu lector (y se supone que tu personaje) tiene ya esa importante información, sino que generas intriga sobre ese misterioso lugar y sus curiosas normas.


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Comentarios

  1. Luis A. Santamaría

    Qué buen texto, Diana. Felicidades.

    Me gustaría añadir un caso híbrido que últimamente está muy de moda. Me refiero a esas novelas en las que el narrador es el propio personaje (ya sea en primera o tercera persona), pero que éste cambia con cada capítulo. Sería el ejemplo de ‘Canción de hielo y fuego’ o ‘La chica del tren’, entre otros. Esto provoca el efecto de que el lector se identifica mucho con los personajes, a la vez que está enterado de todo lo que ocurre (o al menos, de todo lo que ocurre en torno a todos los personajes principales).

    Es un recurso que a mí personalmente me gusta mucho, de hecho lo estoy aplicando en mi próxima novela 🙂

    Un abrazo.

    1. Hola, Luis: sí, es el multinarrador, o narrador múltiple. Va muy bien para cuando no hay un único personaje protagonista, sino varios, y queremos mostrar la historia desde diferentes puntos de vista. Hablaba de ese recurso aquí:
      https://dianapmorales.com/2018/04/blog/como-elegir-el-mejor-personaje-narrador-para-tu-historia/

      Y aquí: https://dianapmorales.com/2018/01/blog/como-usar-multiples-narradores-en-un-relato-o-novela-libros-para-aprender-a-escribir-5/

      Lo añadiré al inicio del artículo por si alguien se acuerda de esta técnica, gracias!

  2. Elisa

    Un artículo muy interesante, Diana. Tengo este problema con mi novela histórica: el 99% de mi novela está escrita en tercera persona desde el punto de vista del protagonista pero, por alguna razón, he escrito un par de fragmentos muy importantes desde el punto de vista omnisciente… Que, de momento, soy incapaz de reescribir correctamente. A ver cómo lo doy salida.
    Gracias por tus entradas, y un saludo

    1. Hola, Elisa, sucede mucho. Siempre hay maneras, aplicando las técnicas que explico en este artículo. Lamentablemente, sin estudiar la novela en concreto no puedo sugerirte más, pero estas son las formas que usualmente recomiendo a los alumnos de mis talleres y suelen funcionar muy bien. Espero que encuentres la respuesta, seguro que sí, dale unas cuantas vueltas. Un saludo afectuoso y ánimo con la novela.

  3. Frida

    Un artículo que no tiene desperdicio. Supongo que uno de los motivos que nos pierde a la hora de elegir el personaje es el poder mostrar sentimientos de los demás hacia ellos, pero el consejo de mostrarlo a través de los gestos y palabras es muy bueno. Como dices, en la vida real nunca sabes cómo acabará la relación ni la clase de persona con la que has trabado amistad o iniciado un noviazgo. El otro es hallarnos ante un montón de información que como autores nos planteamos incluir sin recordar que como lectores es algo que nos aburre soberanamente. Supongo que nos falta eso, ponernos más a menudo en la piel del lector.

  4. Marcela Alfonso

    Alucinante, claro, va al punto y porsupuesto muy didáctico. Me ha encantado. Muchas gracias Diana.

  5. Pingback: 9 claves para escribir ciencia-ficción – Diana P. Morales, el blog más visitado y prestigioso para aprender a escribir

  6. Benjamín

    Suelo hacer buenas explicaciones mezclándolas con acción. Ahora entiendo por qué lo hago, para causar intriga. ¡Gracias Diana!

  7. Pingback: Escribir en 1ª persona: técnicas y trucos para sacarle todo el partido – Diana P. Morales

  8. Casti Sánchez Gómez

    Hola Diana, estupendo artículo pero echo en falta algo que no has explicado y sobre lo que has escrito muy arriba en letra pequeña. Si se quiere hacer al lector partícipe de una información que se da a través de un diálogo entre dos personajes, ninguno de ellos obviamente el narrador en primera persona, pero no quieres que el narrador se entere de esa información, ¿cómo lo haces?

    1. Es que eso no se puede hacer. Si tenemos un narrador en primera persona, todo lo que el lector sabe, lo sabe el narrador. Tendrías que cambiar de vez en cuando de punto de vista. Tendría que ver la historia (relato o novela) para poder buscar ideas, pero lo único posible es cambiar de narrador. Obviamente, no se puede hacer una vez y forzadamente; habría que buscar una excusa para que aparecieran esos datos «externos» de cuando en cuando, así tendría sentido en la obra.

  9. Casti Sánchez Gómez

    ¡Ah! Se me olvidaba. quizá no es el sitio aunque creo que sí. A ver, situación: el narrador en primera persona está manteniendo una conversación con otro personaje y a la vez que habla piensa porque es mujer y puede hacer muchas cosas al tiempo (chiste fácil, lo siento, no he podido evitarlo). ¿Cómo puntuarías esos pensamientos que el otro personaje podría interpretar como diálogo porque lo es, pero sin ser pronunciado? Pongo un ejemplo mal puntuado supongo pero es que no sé cómo hacerlo. Situación dependienta, narradora en primera persona y clienta. -Buenos días Sra González. -Buenos días, Clara. ¿tienes calcetines de felpa? -No, no tenemos. «Le he dicho más de cinco veces que no tenemos»

    1. Si estamos en un narrador en primera persona jamás podemos saber lo que piensan otros personajes que no sea nuestro narrador. No sé si te he entendido bien, pero si ese es el caso, eso no se puede hacer. Todo lo más podemos ver el GESTO de ese personaje y nuestro narrador puede INTUIR o IMAGINAR lo que está pensando: «Seguro que piensa que estoy como una cabra», pero jamás podrá saber si ha acertado o no (a no ser que se lo pregunte, claro).

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