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Cómo elegir el mejor personaje narrador para tu historia

Aclaro que esto no es el típico post que va a explicar todos los tipos de narradores que hay -de ese tema ya existen muchos artículos en internet- ni tampoco cuál es la diferencia entre la voz narradora y el punto de vista de nuestra historia (lo explico en este otro post de mi blog).

De lo que me gustaría hablar hoy es una cuestión más sutil, y, si se quiere, más peliaguda: ¿cómo saber cuál es el narrador que le va a venir mejor a mi historia? ¿Un narrador omnisciente? ¿La cuento desde el punto de vista de este personaje? ¿O de este otro? ¿O de los dos?

Hay veces que la historia para nuestro relato o novela se nos ocurre ya con un clarísimo punto de vista para contarla, o incluso con una voz que la va a contar. Pero muchas veces no es así y aquí es donde pueden servir de ayuda las claves que presento en este post.

¿Cuándo elegir el narrador omnisciente?

Si sigues mi blog desde hace tiempo probablemente habrás leído en alguna ocasión que no soy una gran fan de este tipo de narrador. El narrador omnisciente, esa voz en tercera persona que lo sabe todo y nos cuenta todo lo que sienten, hacen o piensan todos los personajes, es un narrador muy antiguo. Seguramente el primero que existió, el de «Las mil y una noches», «La Biblia» y tantos libros clásicos.

Pero además de antigua, esa voz narradora tiene otros inconvenientes:

-Nos cuenta la historia demasiado masticada: como sabe tanto sobre la historia, desde tantos puntos de vista (y nos lo cuenta) es un narrador que nos da mucha información. Deja poco espacio a la imaginación del lector para DEDUCIR qué puede estar ocurriendo, o por qué un personaje ha hecho esto o lo otro, ya que este narrador lo suele explicar.

-Es más difícil empatizar: para cualquier lector o lectora, siempre va a ser más fácil empatizar con un personaje si ve toda la historia solo desde su punto de vista. Sólo sabe lo que ese personaje sabe, solo conoce sus sentimientos y pensamientos, sus miedos y sueños… los del resto de personajes, como nosotros en la vida real, se los tiene que imaginar. Este único punto de vista es el más parecido a la vida real y, por eso, nos resulta más fácil empatizar con un personaje que con todo un narrador omnisciente que nos lo cuenta todo de todos.

-Es más difícil guardar sorpresas o jugar con el lector: como este narrador lo sabe TODO sobre TODOS los personajes, para darle alguna sorpresa, o crear algún giro interesante, por fuerza va a tener que «callarse», artificialmente, parte de la información. En cambio, cuando vemos la historia desde el punto de vista de un único personaje (o de dos) las sorpresas -como en la vida misma- están a la orden del día, ya que el personaje, y por tanto el lector, no tiene información sobre los demás.

Importante: hay que evitarlo sí o sí en género de misterio o terror.

En estos géneros el lector siempre se identifica con un personaje que es quien resuelve el misterio, o quien se asusta. Un narrador omnisciente, que todo lo sabe, por definición SABE también quién es el asesino o qué es eso que da tanto miedo a tu personaje protagonista. No darle al lector esos datos que, con ese tipo de narrador, conoce, es como usar un truco barato.

Además, y más importante aún: la narración de ese tipo es más emocionante cuando tu lector se mimetiza con tu protagonista e intenta resolver ese misterio, con las mismas pistas que tiene tu detective, o se siente asustado al mismo tiempo que tu protagonista de terror (e igualmente ignorante de lo que ocurre).

¿Cuándo puede quedar bien el narrador omnisciente?

Tal vez en una historia de fantasía épica, en la que hay que describir un mundo entero, incluso detalles de su pasado, geografía, etc.  Son detalles que pueden sonar raros contados por un narrador que es un personaje que ya conoce ese mundo (aunque hay opciones, como incluirlos en los diálogos, explicárselos a algún personaje extranjero, etc). Por ejemplo, «El señor de los anillos», de J.R.R. Tolkien saca mucho partido de este narrador.

Aunque igualmente pueden servir para esa historia los otros narradores.

¿Cuándo elegir dos narradores alternos?

Los narradores que se alternan serían dos personajes -exactamente dos- cuya historia va avanzando paralelamente. Esta forma de narradores se suele usar cuando los puntos de vista de ambos personajes sobre una misma historia son opuestos. 

En este caso, tendríamos a dos personajes que, cada uno en un capítulo (usualmente), van contando la misma historia. Pero cada uno lo hace desde su punto de vista y las historias parecen contradecirse. Sólo al final se desvelará cuál de ellos está más cerca de la verdad, o cuándo mentía cada uno.

Es un juego muy interesante, que llevan muy bien novelas como «Gone girl», de Gillian Flynn, o series de tv como «The affair». También nos puede servir para mostrar cómo dos personajes empiezan a enamorarse y los malentendidos que surgen. En cualquier caso, suelen ser tipos de historias de corte intimista o de misterio, ya que lo más importante aquí sería la divergencia entre los puntos de vista de ambos personajes.

Aunque los narradores que se alternan suelen ser dos, existe algún ejemplo de este mismo efecto creado por más puntos de vista, como los libros de «El cuarteto de Alejandría«, de Lawrence Durrell, en los que se nos narra una misma historia desde tres puntos de vista, y todos son distintos e incluso opuestos en muchos casos.

¿Cuándo elegir narrador múltiple?

El narrador múltiple sería cuando contamos nuestra historia desde dos personajes o más, y con alguno de estos objetivos:

Cuando queremos hablar de un tema desde diferentes puntos de vista: Es el caso del libro (y película) «Criadas y señoras», de Kathryn Stockett. Habla sobre el racismo hacia las criadas negros en el Estados Unidos de los años 60. Pero, ¿por qué la autora ha escogido contarla desde el punto de vista de tres personajes, y no solo de uno? Pues porque así tenemos mucha más información, y más variada, sobre ese tema.

Así, el libro está contado desde el punto de vista de Aibileen, una criada ya cerca de la jubilación, y que se siente muy unida a los hijos blancos que cuida. Ella es el punto de vista más conservador de la historia. También tenemos el punto de vista de Minny, una criada más joven y rebelde, que representaría a las nuevas generaciones que protagonizarían los movimientos por los derechos sociales de la época. Y, por último, también se nos narra desde el punto de vista de Skeeter, una joven blanca de clase acomodada que simpatiza y ayuda a las criadas a contar su historia. Cada una sufre la discriminación de una forma completamente distinta, y por eso las tres historias son importantes.

Cuando queremos mostrar cómo un hecho afecta a diferentes personas o pueblos:

Típico de historias también épicas o históricas -pero no solo- es vertebrar una historia a través de un evento social o de una época convulsa, y narrar cómo esta afecta a las diferentes partes en conflicto.

Es lo que ocurre, por ejemplo, en los libros de «Canción de hielo y fuego» («Juego de tronos»), de George R. R. Martin: el rey de los Siete Reinos muere asesinado, y las diferentes casas se enfrentan por el poder. Vemos cómo estos enfrentamientos afectan a los diferentes reinos, y las implicaciones que va teniendo en todo tipo de personas, al estar narrado en forma de narrador múltiple. Cada capítulo está contado, en tercera persona, desde el punto de vista de un personaje diferente, muchos de los cuáles se van repitiendo a lo largo de los diferentes libros.

ANUNCIO-MI-BLOG Cómo elegir el mejor personaje narrador para tu historia¿Por qué no está narrado en forma de narrador omnisciente, y  listo? Pues por lo que decíamos antes: porque en ocasiones (por no decir siempre) es más interesante ponernos en el lugar de un único personaje y no tener toda la información. Así, luego podemos sorprendernos cuando de repente ese personaje se entera de algo que no sabía, o cuando se cruza con otro personaje.

En ambos casos tendremos diferentes historias que convergen  creando una mayor. Para sacar el máximo partido, lo ideal es que las historias de los diferentes personajes se entrecrucen y que lo que sucede en una de las historias influya en lo que ocurre en otra.

En el caso del narrador desde el punto de vista de un único personaje: ¿cuál elegir?

Digamos que se te ha ocurrido una historia bastante genérica (un grupo de rebeldes se enfrenta a un rey malvado, por ejemplo), e incluso has pensado en diferentes personajes que pueden aparecer, pero no sabes cuál elegir para narrar la historia. Si todos ellos van a estar juntos todo el rato y no hay grandes diferencias en sus puntos de vista, no sería muy aconsejable optar por un narrador múltiple.

Sería el momento de elegir un punto de vista principal para tu historia y desde ese personaje (contándonos lo que él/ella sabe, piensa y hace) ver la historia completa. En este caso, aquí hay tres claves que te pueden ayudar a decidir, ya que suele ser más interesante el punto de vista de:

-Aquel personaje al que más afecte tu historia: Como norma general, esta debería ser la clave más importante para saber a qué personaje adjudicar tu POV (point of view/ punto de vista). Siempre va a ser mucho más interesante ver la historia de primera mano de un personaje para quien lo que está sucediendo es muy importante, y que, además, tiene un gran papel en la historia.

Imagina «El señor de los anillos» narrado desde el punto de Gandalf: claro que para él es importante lo que sucede, pero es un mago, inmortal (o casi), ni siquiera se juega su propia vida; es tan poderoso que difícilmente puede sentir miedo (o sea, todo le va a afectar menos) y, además, buena parte de la historia ni siquiera está presente. Algo casi similar sucedería con Aragorn.

-Aquel personaje para quien todo resulte más difícil: Si se narra una historia de abogados, casi siempre se hace desde el punto de vista de un abogado o abogada joven que aún no conoce el oficio a la perfección, como «La tapadera», de John Grisham: su punto de vista es más interesante, porque todo le va a resultar más complicado. Los obstáculos que tendrá que superar son mayores y eso hace crecer el interés del lector por saber cómo va a arreglárselas.

-Aquel que evolucione (sobre todo, en el caso de una novela): si aún sigues teniendo dudas en el caso de dos personajes, elige el punto de vista del personaje que evolucione a lo largo de tu novela. De nuevo, será el personaje al que más ha afectado la historia. Un ejemplo puede ser «Cadena perpetua«, película basada en una noveleta de Stephen King. ¿Quién es el personaje cuyo punto de vista nos narra la historia, de principio a fin?

No es Andy Dufresne, que incluso es el que más cosas «hace» a lo largo de la historia (si has visto la película o has leído el relato, sabrás a qué me refiero). No: vemos la historia desde el punto de vista de Red. Porque el personaje de Andy es plano, defiende su inocencia y lucha por ella de principio a fin. Pero Red cambia con su amistad y vuelve a tener esperanza.

-Aquel que nos dé más «juego» para la historia: hay cierto tipo de narradores que nos pueden resultar muy interesantes para contar una determinada historia.

Dejo solamente dos ejemplos: el narrador deficiente y el narrador poco confiable.

El narrador deficiente es aquel que sabe de la historia menos aún que el lector. Puede ser que todo nuestro relato sea la historia del divorcio de una pareja y que su hijo la narre, contándonos las conversaciones que oye y lo que él piensa o deduce -que probablemente va a ser erróneo, ya que no tiene la capacidad de entender qué les ocurre exactamente a sus padres.

El narrador no fiable sería un personaje que nos cuenta la historia en primera persona, pero que nos está engañando. Tal vez un poco, tal vez todo el tiempo, no lo sabemos. Tal vez solo lo descubramos al final, como ocurre en «El buen soldado», de Ford Maddox Ford. Es un recurso curioso que se puede explotar muy bien.

Pero hay que tener en cuenta que, en ambos casos, la particularidad del punto de vista/narrador elegido probablemente se va a «tragar» el resto de la historia, así que tenemos que estar bien seguros de que eso es lo que queremos resaltar.

Espero que te haya gustado este post. Si tienes dudas o preguntas, puedes dejármelas en los comentarios, estaré encantada de charlar contigo.


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Comentarios

  1. Monica Lopez

    Hola Diana un gusto saludarte.
    En esta oportunidad te escribo para plantearte una duda que me ha surgido en cuanto al tema de los narradores.

    He leído y estudiado de forma empírica que existe un narrador en tercera persona, que narra desde el punto de vista del personaje pero es limitado.
    Entiendo que es como si ese personaje fuera acompañado de una cámara que retrata todo lo que el personaje va mirando a su alrededor.
    Mi pregunta es :Este tipo de narrador, tiene conocimiento de lo que siente el personaje que esta narrando la historia?. Hasta que punto debe profundizar en sus sentimientos?

    Por ejemplo en el siguiente texto, colo entre paréntesis lo que creo corresponde a los sentimientos del personaje:

    Él halo la silla que se encontraba a su lado. Agradecía que viniera. (La verdad no se sentía capaz de acudir a otra persona). Ella hizo un gesto con los ojos y rió. Sonaba a discurso solemne.

    —¿Te vas a casar con Marianna?

    Respiro. Ella decía que si la amaba, no podía dejar pasar de largo ese tren. (Ella y sus metáforas coloquiales). Sustrajo el sobre del bolsillo. Enseguida lo agarro, lo olió, decía que era una carta de amor. Él negó.

    —¿Quién te escribe? —dice ella.

    —No, recibo muchas cartas —dijo Mario

    Ella tenía una sonrisa pícara abriendo el sobre. Empezó a desdoblar los papeles. Su rostro se desdibujo. Se llevó las manos a la boca. (Sus sentimientos por Alma, por Marianna se juntaron. No, podía seguir callando. Se sentía ahogado).

    —¿En serio? —grito ella.

    —Voy a ser papá.

    Agradezco puedas ayudarme. La verdad me siento confundida en como dosificar la información en cuanto al sentir de los personajes en una historia, he leído que el hacerlo tan seguido interrumpe la narración.

    Muchas gracias por anticipado.

  2. Pingback: Cómo escribir una novela en 10 pasos – Diana P. Morales, consejos e inspiración para desarrollar tu talento.

  3. Eloy

    Gracias por el post. Muy clara y sencilla la información acerca de cómo elegir narrador. Aunque sé que puede llegar a ser muy complejo.

  4. Pingback: ¿Narrar en primera o tercera persona? - Diana P. Morales

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