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Mejores novelas de ciencia-ficción (3): UBIK

cover Mejores novelas de ciencia-ficción (3): UBIKCon permiso de mi compañero Guillermo, no añado al top ten «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?». Dicen que los libros siempre son mejores que las películas que inspiran (en el caso de ese título, «Blade Runner») pero supongo que estamos ante la excepción que confirma la regla. «¿Sueñan los androides…?» tiene una buena historia detrás, pero no es tan buena, ni tan completa, ni tan llena de magia como la película, ni de lejos.

Philip K. Dick fue un autor prolífico y muy representativo de los autores de ciencia-ficción del s.XX. Me explico: tremendamente imaginativo(tal vez el más imaginativo), excelente creador de tramas (suyas son las historias que han inspirado películas como «Minority Report», «Desafío total«, «Abre los ojos«, «Paycheck», «Una mirada en la oscuridad» y la propia «Blade Runner«), pero, a la vez, definitivamente, no es un buen narrador. No escribe con estilo propio, no redacta diálogos con garra, sus frases no se paladean una y otra vez, ante la sorpresa de su ritmo y la belleza de las palabras escogidas. No es Ray Bradbury o Ursula K. LeGuin.

Pero es un escritor de historias ágiles, coherentes, tensas, con una fantasía desbocada y, lo mejor de todo, con un aroma surrealista que realmente engancha a su universo. En todas y cada una de sus novelas y en muchos cuentos, hay un momento -el mejor de la trama- en el que el protagonista no sabe si lo que está viviendo es real o no. Es un delicioso y absurdo instante de confusión, tal vez inspirado por las crisis psicóticas del autor, y que se ha convertido en un sello inconfundible: el instante en el que, en «Desafío total» (basada en el relato «Podemos recordarlo todo por usted«… Philip K. Dick sabía elegir los títulos, eso no se lo vamos a negar), el protagonista no sabe si todo está sucediéndole de verdad o es una aventura en Marte implantada en su cerebro para vivir «emociones falsas», tal como pidió a la empresa de vacaciones virtuales; o cuando en «Abre los ojos» no sabemos si todo es real o un sueño mientras el chico está dormido esperando que llegue el futuro…

Ubik es una pequeña obra maestra, pues se nutre de ese momento de confusión -que eleva al status de alegoría la metáfora de Calderón de la Barca «la vida es sueño»- para crear con él todo el argumento de una novela. La gracia de Ubik es, precisamente, que ni Joe Chip -su protagonista- ni nosotros los lectores, sabemos exactamente dónde estamos o qué tierra pisamos a partir del primer tercio del libro. Después de todo, en un mundo poblado por telépatas y precognitores que pueden ver el futuro (sí, el mismo mundo de Minority Report), cualquier cosa es posible. Y más cuando aparece Pat, quien demuestra poder alterar el pasado. Así que ¿Están en un presente alternativo creado por esta chica que cambia el pasado, o simplemente están sucediendo cosas tan extrañas como que de repente sus monedas son demasiado antiguas para poder conseguir un café con ellas? ¿O han sufrido todos un accidente y se encuentran crionizados en lo que llaman la «semi-vida»? Y, alrededor de todo, Ubik, una marca de productos cuyos anuncios están por todas partes y que parece servir para cualquier cosa, desde calmar la acidez de estómago a proteger de las quemaduras del sol. ¿Qué es Ubik, en realidad?

Recomiendo esta novela porque es muy divertida, sorprendente y una perfecta iniciación para todos aquellos que queráis conocer a uno de los autores que ha sentado las bases de lo que significa en la actualidad ciencia-ficción.

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