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Errores de estilo: los 7 pecados capitales

Los errores de estilo puede arruinar tu novela: aprende a evitarlos

Toca esta semana un artículo dedicado a los errores que más comúnmente me encuentro en mis talleres y revisiones y, en este caso, lo he dedicado a los errores de estilo a la hora de escribir narrativa.

No se trata, en esta ocasión, de las faltas de ortografía y gramática (para eso tengo otro artículo aquí) sino de cuestiones más amplias que tienen que ver con nuestra habilidad para expresarnos y para emocionar con lo que escribimos. Todo esto suelen ser algunas de las claves de la ESCRITURA DESCUIDADA, contra la que he alertado en numerosos artículos de mi blog.

Además, incluyo 3 maravillosos hábitos, al final de este artículo que no solo nos pueden ayudar a evitar estas fallas al escribir narrativa, sino que nos pueden servir para dar un salto cualitativo en este oficio de la escritura.

1. El epíteto sobreutilizado

Aunque con estas palabras tal vez os suena a chino, me encuentro muchos de estos,así que cuidado.

¿Qué es? 

Un epíteto -en su definición clásica- es un adjetivo que precede al sustantivo y que se usa para embellecer o crear un efecto estético. En muchas ocasiones -a diferencia del adjetivo calificativo- no añade nada de información, por ejemplo: La blanca nieve.

¿Para qué se usa?

Como decía antes, para provocar un efecto. En definitiva, para llamar la atención sobre esa palabra o sobre ese instante. Tal y como sucede cuando hacemos una descripción (de un lugar o de un objeto) un epíteto coloca una LUPA sobre el sustantivo, destacándolo sobre los demás.

No hay ningún problema en utilizar un epíteto precediendo al nombre de cuando en cuando; y, de hecho, es muy usual si tienes un estilo un poco lírico o quieres escribir de manera más «literaria».

¿Cuál puede ser el problema?

El problema llega cuando incluimos adjetivos que preceden a los sustantivos muy a menudo y más aún si aparecen por parejas. En este caso, lo que provocamos es:

-Una sensación de estilo «forzado» y ampuloso. Es mejor utilizarlos con cuentagotas y siempre combinados con adjetivos calificativos.

-Provoca también que, al colocar esa «lupa» sobre muchos momentos de la narración, intentando destacar tantos no se destaque ninguno. Imagina que, en un campo verde, hay una amapola. La distinguirías en seguida por su color rojo, ¿verdad? Pero si estuvieras en un campo de fresas… sería más difícil.

Lo mismo ocurre -ya que estamos- con las descripciones. Si describimos al detalle cada pequeño elemento que aparece el lector siente que todos son importantes (y seguro que no es así… Además, cuando haya algo verdaderamente importante, le pasará desapercibido, pues no habremos sabido dejarle claro en qué fijarse.

Ejemplo:

 Andrés descendió las estrechas y húmedas escaleras que bajaban al angosto y oscuro sótano. Sus verdes ojos brillaron.

Bastaría con eliminar una pareja (por ejemplo «bajaban al sótano») o cambiar uno de los epítetos por un calificativo (descendió las escaleras estrechas y húmedas»)

2. El verbo comodín

¿Qué es? 

Con este término de mi cosecha me refiero a algo que me encuentro muy frecuentemente: verbos de uso muy común que se utilizan de forma incorrecta, o a veces correcta, pero poco precisa.

¿Cuál puede ser el problema?

En algunos casos se trata directamente de expresiones que no son correctas; en otras ocasiones, aunque sean correctas resultan en construcciones imprecisas, que nos dan un estilo poco cuidado.

Recordad que escribir un relato o una novela no es como escribir un informe legal, o un examen. En esos casos lo más importante es transmitir la información, pero en el caso de la narrativa lo que queremos es EMOCIONAR a la persona que nos lee, interesarla, intrigarla, hacerla reír o llorar. Crear un impacto.

Por eso, no solo es importante que se nos entienda, sino también expresarnos lo mejor posible.

Algunos ejemplos:

Algunos de los verbos que más comunmente me encuentro como «comodín» son hacer, ver, poner, ser, estar…

Por ejemplo, es incorrecto (y me he encontrado todo esto revisando relatos o novelas):

-Hacer un fallo -> Cometer un fallo

-Hacer una sonrisa-> Esbozar una sonrisa

-Le vi durante un rato -> Le miré

-Junto a la mesa estaba una silla ->había

-Vamos a hacer un acuerdo -> vamos a llegar a un acuerdo, a firmarlo

-Hice una casa -> Construí, diseñé

-Voy a hacer un relato -> escribir, redactar

Hacer un suspiro -> Exhalar un suspiro, dejar escapar un suspiro

-El dolor no estaba -> Había desaparecido

-Hacer un informe– Redactar un informe

Hacer la diferencia -Marcar la diferencia

3. La sequedad

¿Qué es? 

Con este término me refiero a una tendencia narrativa que veo en algunos relatos o novelas. Un estilo seco, por llamarlo de alguna manera, sería uno en el que las frases son siempre breves, y siempre separadas por punto.

¿Para qué se usa?

Que quede claro que utilizar frases breves puede ser algo muy bueno, sobre todo en momentos en que estamos narrando una escena rápida y ágil (como explicaba en mi artículo «Cómo escribir escenas de acción»). Las frases breves, cortantes y secas dan esa sensación: que todo está sucediendo a gran velocidad.

¿Cuál puede ser el problema?

Si TODO nuestro relato o TODO nuestro estilo está narrado utilizando frases breves y cortantes, la sensación general será que la escritura es seca, dura. Tal vez es algo que estemos buscando (como en «La carretera», la novela post-apocalíptica de Cormac McCarthy), pero si no es así, si no queremos que la historia suene gélida y cortante, entonces tendríamos que reescribirlo e ir adaptando nuestro estilo -al menos, en algunos momentos de nuestra narración.

Ejemplo:

Juan quería saber por qué se habían detenido. Bea se negó a contárselo. Ella le dijo que la tomara de la mano. Él la miró como si estuviese loca.

Como veis, a priori no hay ningún «error» ni ninguna falta, todo es gramaticalmente correcto (por eso comentaba que este artículo no iba de erratas, sino de algo más sutil). PERO suena demasiado cortante y seco, como acciones que no tienen que ver una con la otra, que no son una CONSECUENCIA de la otra, o no suceden al mismo tiempo.

¿Qué se puede hacer?

Se pueden introducir partículas subordinantes y unir algunas de las frases en una sola. De esta forma, sonará más natural, más dinámico y menos frío.

Por ejemplo, así:  Juan quería saber por qué se habían detenido, pero Bea se negó a contárselo, y, simplemente, le dijo que la tomara de la mano. Él la miró como si estuviese loca»

¿Se nota ahora la diferencia? 😉

4. El laberinto de las comas

¿Qué es? 

En cierto sentido, es lo opuesto a lo anterior. Es cuando encuentro frases interminables, llenas de comas (ni siquiera puntos y comas, o dos puntos… solo comas). En muchas ocasiones se trata de comas incorrectas, pero no tiene por qué ser así.

¿Cuál puede ser el problema?

En este artículo ya advertía del problema que puede surgir al usar muchas frases largas: falta de claridad, confusión, lentitud de la acción. Si, además, utilizamos solo comas (y algunas suelen ser incorrectas, porque el texto está pidiendo a gritos un punto y coma o unos dos puntos, o paréntesis), la falta de claridad es mucho mayor… así como la sensación general de escritura «poco cuidada», que no emociona.

Ejemplo:

«Habían pasado más de dos horas sin que la chica se moviera de la silla, su estómago le comenzó a rugir, miró por la ventana y era ya mediodía, su compañero aún no había llegado, se estaba empezando a aburrir de la situación, ya era demasiado«

Este es un ejemplo exagerado (con varias comas muy incorrectas), pero ojalá no me encontrara similares cada curso.

Fijaos cómo queda el mismo texto cuando se usan dos puntos, punto y coma, puntos suspensivos… ¡y puntos!

«Habían pasado más de dos horas sin que la chica se moviera de la silla. Su estómago le comenzó a rugir; miró por la ventana y era ya mediodía, pero su compañero aún no había llegado. Se estaba empezando a aburrir de la situación: ya era demasiado«

5. La repetición involuntaria

¿Qué es? 

Hace unos meses le dediqué un artículo completo a la repetición como recurso que se puede utilizar en narrativa (y poesía), pero hay que tener en cuenta que, en ese caso, estaríamos hablando de repeticiones voluntarias, incluidas ex profeso en el texto para provocar un efecto.

En este caso, lo que incluyo aquí como «pecado narrativo» serían las repeticiones que cometemos, sin darnos cuenta, al escribir.

¿Cuál puede ser el problema?

Esas repeticiones involuntarias afean el texto, y, de nuevo, nos dejan sensación de escritura «poco cuidada» y no ayudan a que disfrutemos el texto. Una repetición «fea» puede conseguir «sacarnos de la historia» (como cuando suena el móvil en el cine), recordándonos que no se trata de una historia real, sino de algo inventado, e impidiendo que nos emocionemos.

Ejemplo:

«Estuve caminando durante horas y después de caminar, llegué a la casa»

Pero también puede resultar fea una repetición de términos similares, incluso aunque no sean iguales, como:

«Cuando le miré, él también se me quedó mirando. Y su mirada me atravesó»

6. El adverbio

Dice Stephen King que «El camino al infierno está pavimentado con adverbios«. Veamos a qué se refiere.

¿Qué es y para qué se usa?

Los adverbios son ese tipo de palabras que califican a un verbo (de la misma forma que un adjetivo a un sustantivo). Los más conocidos -y a los que se refiere Stephen King- son los adverbios de modo: fuertemente, profundamente, cruelmente, despacio, mejor, adrede…

¿Cuál puede ser el problema?

El problema con los adverbios viene porque muchas veces los usamos como una muleta para complementar un verbo poco preciso (incluso un verbo «comodín») en lugar de buscar el verbo preciso.

ANUNCIO-MI-BLOG Errores de estilo: los 7 pecados capitalesGran parte del pecado de la escritura «poco cuidada» es ese: no buscar la palabra exacta y escribir lo primero que se nos ocurre, sin revisar, o usando parches.

Además, por otro lado, los adverbios de modo (que en nuestro idioma suelen terminar en «mente» y en inglés en «ly») suelen ralentizar el ritmo narrativo.

Ejemplos

Con unos ejemplos lo veremos más claro -y esto me lo encuentro mucho.

Lo miró atentamente -> Lo observó, lo contempló

La cogió fuertemente del brazo -> La agarró

Lo tiró lejos -> Lo arrojó

Lo cosió rápidamente -> Lo enhebró

En estos casos, se ve bastante claro cómo el verbo que he elegido yo es una forma mucho más precisa que la expresión del ejemplo. Pero hay veces en que, aunque no se trate de una transcripción precisa del mismo significado, se utilizan verbos muy comunes y adverbios en lugar de buscar verbos más descriptivos o precisos.

-Le mató cruelmente -> Le descuartizó, se ensañó al acuchillarle

-Corrió despacio -> Se apresuró, aligeró el paso

7. La compartimentación de la narrativa

¿Qué es? 

Este es el pecado más complejo de todos, y, aunque ya hablé de ello en un artículo, lo vuelvo a sacar a relucir.

Con esto me refiero a que en ocasiones me encuentro textos donde los autores o autoras «separan» de forma artificial los diferentes tipos de discurso. ASí, me encuentro una larga descripción; después, dos párrafos de acciones de los personajes, y, por último, también separado, diálogos.

¿Cuál puede ser el problema?

El problema es que el resultado es muy frío y artificial. Aunque a primera vista puede no notarse,cuando se trata de un relato largo o una novela, si el autor/a suele cometer este pequeño fallo eso va a lastrar su estilo. La persona que lo lee va a notar que algo no fluye (aunque no sea capaz de notar qué) y no disfrutará tanto de la historia.

Ejemplo

Como ya lo traté en otro de mis artículos, dejo el enlace. Se trata del artículo «10 errores en la escritura de diálogos» y este está casi al final, el error 9, con un detallado ejemplo.

3 buenos hábitos para evitarlas

No podía terminar el artículo sin mostraros algunas pequeñas y sencillas técnicas para ayudaros a evitar esos errores. 😉

1. Leer en voz alta

Simplemente si al terminar de redactar el folio (o folios) de ese día te detienes unos minutos y lo lees en voz alta eso te va a servir muchísimo.

Primero -y sobre todo- para evitar repeticiones. Van a destacar como luces de neón, créeme. Segundo, para ver si las frases son demasiado largas, o demasiado cortas. Y, de paso, incluso te puede ayudar a comprobar si los diálogos suenan naturales 😉 ¿Quién da más por tan poco?

2. Diccionario de sinónimos

¿Que quién da más por tan poco? ¡El diccionario de sinónimos! Si aún no lo conoces, te acabo de presentar a tu mejor amigo para toda tu vida escritora.

A mí ni se me ocurre escribir sin tener abierta la página de Wordreference de sinónimos. Solo tienes que escribir el término que se parece a lo que buscas (esa «primera palabra» que se te ha venido a la mente, que seguramente será un verbo comodín, o un sustantivo muy usado…) y no solo te va a ofrecer muchas otras opciones, sino que, haciendo clic, puedes navegar de una palabra a otra hasta dar con la exacta. No dejes de probarlo.

3. Leer y transcribir

Por último, quienes habéis pasado por mi blog antes, ya sabréis que uno de los consejos que suelo dar más a menudo es ¡leer! Leer buena literatura, a poder ser (no necesariamente clásicos), y leer fijándoos en cómo ha usado el autor o autora las palabras (lo explicaba en este otro artículo).

Aquí complemento ese repetido consejo -uno de los momentos en que la repetición es muy útil es para fijar una idea en la cabeza de otro- con otro más: transcribe.

¿Y eso qué es? Pues sencillamente, elegir un libro o un extracto que te guste (de un libro publicado, me refiero) y copiarlo tú a mano en un cuaderno o en tu ordenador. No para usarlo (¡por supuesto! Tiene derechos de autor) sino para que,de forma más práctica y plástica, notes en tus propias carnes, en tus dedos, el ritmo de las palabras, la elección de los vocablos, la extensión de las frases. Es un ejercicio que te puede sorprender.

¿Y tú, cometías alguno de estos pecados? ¿Conoces otros que crees que debería añadir al artículo? Ya me dices en los comentarios,aquí debajo. Estaré encantada de charlar contigo. 


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Comentarios

  1. Elisa

    Artículo estupendo, como siempre, Diana.
    Podría decir que cometo todos, salvo -espero- el verbo comodín y la sequedad. Entiéndase: peco de rimbombante. Pero gracias a tus artículos y a la experiencia que voy ganando, siempre reviso los textos para corregirlo.
    Me ha hecho gracia lo de Wordreference ¡yo también lo tengo siempre abierto!
    Me gustaría añadir un truco que utilizo yo para evitar repeticiones o verbos comodín: pongo la palabra en cuestión en el buscador del procesador de texto. Si me muestra mucho fosforito… ¡Error!

  2. Roselyn

    Diana
    Muy interesante todo en sentido general y pienso esta aportando a todos un material realmente aprciado para mejorar nuestros relatos.

    Quisiera saber como se deben usar los nombres tanto de mi protagonista, sus padres, hermanos y otros para no repetir tanto sus nombres. Si es correcto usar apellidos, el, ella, mamá, papá y cuantas veces podemos poner sus nombres.?

    1. No hay una regla cerrada de «cuántas veces repetir un nombre»; seguramente tú misma te darás cuenta de cuándo suena repetitivo (lee en voz alta tu texto para comprobarlo), y, como dices, es buena idea sustituir el nombre del personaje por él, ella, la madre, la chica, el joven, la niña, el muchacho, etc… Un saludo y me alegra que el post te sirviera 🙂

  3. DEmian

    Me encanto tu articulo, me va ayudar demasiado con mi blog.

    Saludos y ¡Muchas gracias!

  4. Santiago

    Buena tardes,
    Me encanta tu blog y soy un asiduo seguidor del mismo. Estoy con mi primer libro y me gustaría hacerte una consulta sobre ortografía o, mejor, signos de puntuación:
    El sueño, los sueños de un personaje narrados por él mismo, en primera persona ¿se puntúan entre comillas? ¿cursiva? ¿las comillas también en el inicio de cada párrafo? ¿no poner nada? Muchas gracias por tu atención.

    1. Hola, Santiago: lo ideal sería que pudiera leer tu obra y realizar un informe de lectura, pero por lo que comentas, yo no pondría nada.
      Simplemente, al inicio o al final de la narración del sueño explica que era algo que el personaje ha soñado, o que se acaba de despertar. Con eso es más que suficiente.
      Un saludo afectuoso y que vaya bien el escrito

  5. Clemens

    Yo evito el problema de los adverbios buscando la palabra «mente» en el documento. Así sé cuantas repeticiones tiene y puedo revisarlas una por una con facilidad.

  6. Alicia

    Gracias por los consejos. Estoy escribiendo una novela desde hace tiempo, y no he sido ordenada en el relato, he escrito partes sueltas cercanas al final y luego del nudo y del principio, y de nuevo de más adelante y, por supuesto, he modificado cosas luego de escribir otras, he aplicado tus consejos y de un escritor local con el que hice un pequeño taller. El relato fue creciendo y enriqueciéndose pero me siento un poco bloqueada a la hora de integrar todo, me cuesta mucho y eso me está retrasando. Por eso presté especial atención a lo de la compartimentación de la narrativa. Supongo que mi desorden es de principiante (nunca había abordado un escrito tan extenso, solo cuentos cortos y poesías). ¿Cómo podría ordenarme? Una vez finalizada la novela seguramente me contactaré para tu revisión pero, hasta llegar a ese punto ¿hay algunos tips que pueda poner en práctica para salir de este punto?.

    1. Hola, Alicia: en este caso me temo que depende muchísimo de cada texto en concreto y para ayudarte tendría que hacer un informe de lectura de tu obra.
      Un orden que suele funcionar fácilmente es el orden cronológico, pero ignoro si te refieres a otros aspectos de la novela, como por ejemplo cómo integrar la descripción, acción y diálogos. En abstracto este tipo de cuestiones son imposibles de resolver. Un saludo y que vaya muy bien esa reescritura.

  7. Jerry Taylor Corleto

    Te escribo de Guatemala, en América Central. Soy un viejo sesentón quien hace varios años escribe ensayos políticos y económico en los cuáles critico infinidad de asuntos de mi país y del mundo. Pero siempre fui un ser romántico y no me quejo de mi suerte en el amor; hace años nació el interés por escribir sobre mis romances memorables. Ahora y por el confinamiento por el COVID-19 decidí «tirarme al agua» y pues…escribí mi primera narrativa romántica. Pero, iniciando mi segunda narrativa descubrí como, además de lo pasional, dicha experiencia contuvo muchos elementos de gran calidad reflexiva, análisis político-ideológico, filosófico y otros (mi chica, además de gustarme en demasía como hembra, como mujer era muy formada, culta y nuestros diálogos tuvieron gran calidad). En una narrativa breve, siento, no podría recuperar aquella calidad y decidí explorar el redactar una novela pero… ¡caray…estudiando sobre eso y leyendo tus consejos, veo cuán difícil es el asunto! ¿Es así o me estoy ahogando en un vaso de agua? Me gustaría recibir tu opinión, tus consejos. Saludo.

    1. Todo oficio o actividad, cuando lo probamos por primera vez, puede parecer complicado. Recuerda la primera vez que intentaste nadar, o aprender a conducir, o alguna técnica necesaria para tu trabajo. Pero al final se domina, ¿verdad?. Mi consejo es que no te agobies, te lances a la piscina, y te eches a nadar, disfrutando, aprendiendo poco a poco, y siendo consciente de que la primera novela que escribas no resultará perfecta y será más un entrenamiento que otra cosa. Pero no por ello ha de resultar el proceso menos emocionante. Un saludo afectuoso

  8. Blanca Ruth Andrade

    Buenos días, Diana. Soy profesora de bachillerato y quiero mejorar mis prácticas pedagógicas para ayudar a mis estudiantes de séptimo grado a escribir un cuento. Pienso que primero deben practicar el uso de la gramática para luego producir sus escritos, pero encuentro muchas dificultades en dicho proceso. Al leer sus consejos me parecieron excelentes para mejorar. Gracias.

    1. Hola, Blanca: mi consejo es que trabajes ambas cosas A LA VEZ. Si esperas a que mejoren la gramática, aparte de que pueden tardar meses o años,se pueden aburrir. No es muy inspirador… Puedes hablar y revisar algo de gramática y dedicar la mayor parte del tiempo a fomentar su creatividad. Puedes sugerirles pequeños juegos literarios para que escriban microrrelatos, o relatos, o se inventen personajes y los hagan hablar. Te animaría a dedicar un 75% del tiempo a la parte creativa y solo u 25% a hablar sobre gramática. De esta forma se entusiasmarán e incluso ellos mismos desearán que sus escritos sean mejores. Un saludo afectuoso y sigue adelante, tu labor es muy necesaria 🙂

  9. Anneth Marín

    Cometo dos pecados: el sexto y el séptimo; ¡estoy a dos pasos de llegar al cielo! , pienso, pero luego recuerdo que aún me falta mucho por aprender… Gracias por tus consejos, Diana. Desde hace siete años me preparo para ser escritora y desde hace un mes que encontré tu blog, practico tus consejos y he conseguido que mi escritura evolucione. La semana pasada hice un experimento: escribí una historia donde puse en práctica todo lo que he aprendido aquí y recibí una propuesta para publicarla y otra para hacerla un cortometraje. Muchas gracias por compartir tu conocimiento. Actualmente trabajo en la reescritura de mi novela, me gustaría contratarte cuando termine para que la revises. Saludos.

    1. Ohhhh, qué buena noticia, me alegro mucho, felicidades. Actualmente estoy de baja maternal, pero en Octubre regreso, lista para revisar novelas. UN saludo afectuoso y que vaya todo muy bien

  10. Rodrigo

    Excelente artículo. Gran material para seguir en el camino literario, aprendiendo de los errores. Gracias y muchos saludos.

  11. Adrián

    Hola Diana, hace como 9 meses descargue tu aplicación en mi celular, pero tuvo una falla y se me daño el celular pero afortunadamente encontré tu Blog. Debo decir que gracias, como siempre excelentes concejos que me han servido mucho, estoy mejorando y todo se lo debo a usted. Aun cometo demasiados errores, pero se que poco a poco lograre ser un gran escritor. Otra vez ¡muchas gracias Diana!

  12. Adrián

    Hola Diana, hace como 9 meses descargue tu aplicación en mi celular, pero tuvo una falla y se me daño pero afortunadamente encontré tu Blog. Debo decir que gracias, como siempre excelentes concejos que me han servido mucho, estoy mejorando y todo se lo debo a usted. Aun cometo demasiados errores, pero se que poco a poco lograre ser un gran escritor. Otra vez ¡muchas gracias Diana!

  13. Rose Amber

    Hola, Diana
    Soy Rose, tengo once años y me apasiona el mundo de la escritura la que descubrí muy pequeña, pero ahora me estoy esforzando por aprender a hacerlo bien. Quizá con el tiempo y cuando crezca un poco más pueda convertirme en una verdadera escritora.
    Me ha gustado mucho el artículo, pero hay errorcillos de dedo que con lo maniática que soy los he notado. Algunas mayúsculas en espacios que no se debe y espaciados más que nada.
    Estoy buscando talleres como este y, de todos los que he leído hasta ahora, el tuyo me parece no solo claro sino entretenido. También he estado leyendo sitios donde hay personas que escriben sus relatos, pero solo he hecho una tarea en uno de ellos, porque aunque estamos en pandemia, hay deberes escolares que debo priorizar.

    Aunque soy chica de edad, no me gusta escribir cuentos, sino historias más misteriosas; aunque mi hermana me diga que escriba sobre princesas y unicornios. Pero no sé si deba seguir en lo que me gusta pese a ser tan joven, o si debo renunciar a eso para no espantar a la gente que pueda pensar que no son temas para alguien de mi edad. (Nada muy escandaloso, sino cosas como robos, mentiras y herencias… jejeje).

    Me han gustado mucho también los comentarios, porque creo que he aprendido de ellos con las respuestas recibidas.
    Hasta luego,

    Rose Amber

    1. Hola, Rose, encantada de recibir tu feedback, escribes increíblemente bien para tener solo 11 años. Además de mi taller de novela, no sé si sabes que en Portaldelescritor, la web de cursos que dirijo, tenemos un taller justo para chicas y chicos de tu edad. Te dejo el enlace: https://portaldelescritor.com/tienda/cursos-talleres/mil-ideas-para-escribir-curso-expres-3-dias/ ¡aunque ahora mismo en mi taller de novela tengo a una chica de 13 años también!
      Por supuesto, escribe de lo que te gusta, eso siempre va a hacer que tus escritos sean mejores. Hablo de ello en otro artículo: https://dianapmorales.com/2018/08/blog/alerta-roja-los-10-peores-habitos-escritura/
      Un abrazo y que sigan tan bien esos escritos, seguro que vas a cosechar muchos éxitos

  14. Pingback: Síndrome de escritura vaga: 10 síntomas para comprobar si lo padeces – Diana P. Morales

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