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Tildes: los errores más comunes y por qué es esencial cuidar tu ortografía

La ortografía es importante. Cuando ofreces tu texto a otros para que lo lean, quieres que les guste, ¿verdad? ¿Por qué entonces no cuidar la presentación?

Imagínate que vas a una entrevista de trabajo, o a una cita, en pijama, sin ducharte y sin afeitar o con el pelo sucio. No se te ocurriría nunca, ¿a que no? Porque quieres gustar a la otra persona, que se lleve una buena impresión de ti. Pues cuidar la ortografía al escribir es exactamente lo mismo.

De hecho, es peor no cuidar la ortografía, porque no solo te arriesgas a crear una mala impresión y no gustar, sino incluso te arriesgas a que no se te entienda bien. Sí, ya sé que para la mayoría de vosotros las tildes y las comas son esas cosas engorrosas que os enseñaron en el colegio y que ahora os cuesta trabajo recordar, pero… ¡existen por una razón! Ya sé que seguramente no os lo explicaron así, pero una coma o una tilde (acento ortográfico) existe para que la persona que te lee entienda inmediatamente lo que quieres decir -sin posibilidad de confundirse o, casi peor, sin tener que releer o darle vueltas al posible significado, lo que romperá la magia de tu escrito.

Ya hablé en este otro artículo sobre las comas, extensamente. Y, por tanto, ya sabéis que una coma puede cambiar por completo el significado de una frase: no es lo mismo «A comer, niños» que «a comer niños» 😉  Una tilde también puede cambiar significados, pero, sobre todo, una tilde mal puesta genera mucha confusión. Y eso consigue que el lector tenga que releer tu frase dos veces para entenderla bien (o tres veces o más), lo cual, aunque a ti te parezca irrelevante, consigue que ese lector, que estaba «metido» en tu historia -dentro de una batalla, o en una escena de amor, o en un momento intrigante- de repente, se «sale» de la historia. Y la emoción se pierde.

¿Alguna vez has estado viendo una película en el cine, completamente absorbido/a, y ha sonado un móvil? ¿A que te ha sacado de la historia? Pues releer una de tus frases porque no se ha entendido provoca el mismo efecto: te devuelve a la realidad. Es como decirle al lector: «Oye, que todo lo que estabas viviendo y que te estaba emocionando es MENTIRA, es SOLO un texto  que alguien ha escrito«.  Es una de las peores cosas que pueden pasar cuando escribes.

Aquí tienes un test en Portaldelescritor sobre comas y tildes que puedes tomar para ver si tienes claro el uso de ambos recursos y dejo de nuevo mi artículo sobre las comas. Y ahora paso a detallar algunos de los errores más comunes que me suelo encontrar leyendo los textos de mis talleres (o leyendo Facebook o Twitter) y su solución.

Pero la solución más permanente vendrá con esta práctica diaria: LEER. Lee un relato al día -o una página al día aunque sea- de buena prosa o poesía (no valen los textos de tus amigos, que pueden estar llenos de faltas también). Es divertido, es inspirador, y no hay mejor maestro para la ortografía ni para la escritura. Si tienes la pretensión de publicar algún día, o si simplemente quieres escribir mejor, es imposible que lo logres si no lees regularmente, cada día, o cada pocos días.

TILDES: EN QUÉ SE DIFERENCIA DEL ACENTO Y POR QUÉ EXISTEN

Lo primero que quiero dejar claro es qué es el acento y por qué existe la tilde. Si no se entiende esto, aprenderse reglas de memoria puede ser inútil. Es mejor tener claro su utilidad: las tildes son amigas, ya veréis.

Todas las palabras tienen acento. El acento es el mayor énfasis con el que pronunciamos una sílaba, y es lo que diferencia la palabra «be» (niño recién nacido), del verbo «bebe» («él bebe dos vasos de agua y yo uno). Si las pronuncias en voz alta, notarás cuándo una palabra tiene acento en la última sílaba, como «so«, «pared«, «crecer» o «misión» (palabras agudas), cuándo tienen acento en la penúltima sílaba, como la palabra «estrecho», «cárcel», «espina», «sacrificio» o «palabra» (palabras llanas) y cuándo tienen acento en la antepenúltima sílaba, como «pértiga», «ánimo» o «sílaba» (palabras esdrújulas).

Todas las palabras tienen un acento, pero no todas tienen tilde. La tilde (acento ortográfico, acento escrito) sirve para que, de forma inmediata, reconozcamos el acento en las palabras -incluso en palabras que no conocemos- y, en el caso de palabras que se escriben igual, como bebe/bebé, para que las distingamos enseguida. Aquí tienes un resumen de las reglas (que no veremos aquí al detalle).

TILDES: LOS ERRORES MÁS COMUNES

  • MAYÚSCULAS sin tilde: esa leyenda urbana de que no hay que acentuar las palabras mayúsculas no es cierta. Si la regla lo dicta, las palabras llevan tilde, sean minúsculas o MAYÚSCULAS: Él, Álfil, Árbitro, Índice, etc.
  • Nombres propios sin tilde:  en los casos en los que la regla así lo dice, funcionan como cualquier palabra y llevan su tilde: París, José, María, Andrés o Mariló.
  • Verbos en pasado terminados en o/e/i: Los verbos regulares (y algunos irregulares) en pretérito indefinido (una de las formas más frecuentes de pasado) tienen la primera y tercera persona de ese tiempo verbal como palabras agudas terminadas en vocal y, por tanto, según la regla, llevan tilde siempre. Ejemplos: comí, bebí, sorbió, salió, bebió, regresó, terminó, salté, llegué, miró, contesté, respondí, añadió…

Atención: recuerda que algunos verbos irregulares forman ese pasado de manera distinta, como palabras llanas, así que, aunque terminen en vocal, según las reglas (que os enlacé antes) no llevan tilde: dijo, dije, puso, puse, condujo, conduje, tuvo, tuve…

Fue, dio, vio, di: No llevan tilde nunca. Los monosílabos solo llevan tilde cuando pueden ser confundidos con otra palabra, que no es el caso de ninguna de estas.

A continuación incluyo algunos de los más comunes fallos relacionados con la llamada «tilde diacrítica», la que diferencia dos palabras que se escriben igual pero tienen usos diferentes –y que el corrector de Word (u otros programas) no puede distinguir, así que hay que estar muy atentos.

  • Sí/Si: El primero es el “sí” afirmativo (contrario a “no”) y que nos sirve, por ejemplo, para responder a una pregunta. El segundo, sin tilde, es una partícula que abre una oración condicional:
    “¿Te gusta? Sí, mucho” «Este sí que es un gran viaje»
    “Si llegas a las ocho, podré ir al aeropuerto a buscarte”

Lee ambas frases en voz alta y tú mismo/a notarás la diferencia de énfasis que marca la tilde del «sí» afirmativo.

  • Más / Mas: El primero es el adverbio de cantidad, la forma que más se utiliza y siempre va acentuada. El segundo es algo arcaico, es sinónimo de la partícula “pero”, en oraciones subordinadas. Se usa de forma común en algunos países latinoamericanos:

“No puedo comer más” «Conozco más  a Jose que a Jesús»

 “Me gusta, mas no sé si comprarlo, es un poco caro”

  • Porque / Porqué / Por qué:
    porque (conjunción): «Te escogí porque te prefiero a ti».
    porqué (sustantivo): «No importa el porqué de su decisión, debemos respetarla».
    por qué (interrogativo): “¿Por qué no vienes?” «¿Por qué se han caído esas tazas?»
    por que (cuando sustituye a «por el cual» o «la cual»): “¿Cuál es la razón por que te fuiste? (¿Cuál es la razón por la cuál te fuiste?)»

Lee en voz alta todas las frases: notarás enseguida la diferente acentuación de cada una de las versiones.

Mi / mí: El primero es un posesivo (“Este es mi coche” «Toma mi paraguas»), que siempre lleva un nombre/sustantivo detrás. El segundo es un pronombre (“Vienen a por mí”, «El coche es para mí»).

Lee ambas frases en voz alta: ¿notas la diferencia de énfasis? Eso te dará la pista para que nunca más vuelvas a confundirte. Recuerda que «ti» nunca lleva tilde -ya que no se puede confundir con ninguna otra forma- y que lo mismo sucede con «tú»: el pronombre va acentuado («Tú eres el hermano de Laura», «Vamos tú y yo») y el posesivo, no («tu coche», «tu decisión»). Precisamente de esa forma se diferencia enseguida.

El / Él: El primero es un artículo (“El coche de Juan”) y siempre llevará un nombre/sustantivo detrás. Siempre. El segundo, acentuado, es un pronombre, sustituye al nombre propio de un hombre (“Juan… Él sí que era un buen tipo”)

Cuando / cuándo; como / cómo; cuanto / cuánto; donde/ dónde; quien/quién: Estos subordinadores llevan tilde en oraciones de intención interrogativa y exclamativa. Por ejemplo:

“Cuando llegues, avísame” (afirmativa)  “¿Cuándo llegas?” (Interrogativa) «Tienen que decirme cuándo es el examen» (subordinada interrogativa, interrogación indirecta).

“Estoy tan cansado como ayer” “¿Cómo quieres el café?» , «¡Cómo llueve hoy!», «Las instrucciones de Ikea explican cómo montar el mueble». Aquí la RAE da más ejemplos y excepciones.

Lee en voz alta esta última frase («»Las instrucciones de Ikea explican cómo montar el mueble») y esta otra: «Las instrucciones de Ikea son como las de Merkamueble». ¿Notas la diferencia de énfasis entre el «cómo» acentuado y el segundo, el que es únicamente comparativo? Sucede con todas estas partículas. Acostúmbrate a pronunciarlas en voz alta y tú mismo/a notarás cuándo 😉 necesitan tilde.

Solo/sólo, Aquel/ aquél, este/ éste: ya no necesitan tilde. La RAE decidió hace pocos años que pueden usarse siempre sin tilde, ya que la posibilidad de confusión entre adjetivo y adverbio (en el caso de solo) y de pronombre y demostrativo son muy poco frecuentes.

¿Te quedan otras dudas? Déjalas en los COMENTARIOS e intentaré resolverlas. 

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Comentarios

  1. Hola Diana,
    Un artículo muy útil, ¡cómo todos!
    Tengo una duda, rio, como pasado de reír, ¿lleva tilde en la «o»? Yo diría que sí, pero lo he visto en diferentes libros sin tilde así que sospecho que estoy equivocada.
    ¡Gracias!
    Uxue

  2. Elgomes

    Un artículo muy necesario. De todas formas, hay que tener en cuenta que mucha gente escribe desde el móvil y los correctores hacen bastante estropicio cuando vas rápido.

    Para trabajos desde ordenador y que tengan la categoría de «literarios», obviamente es imprescindible ajustarse al máximo a las reglas.

    Las mayúsculas reconozco que no las acentuo (tildeo), sabía que esa confusión vino por la prensa escrita y la dificultad de maquetar (creo recordar que era eso) y de ahí surgió la idea equivocada de que no llevan tilde.

    Un saludo.

    1. «acentúo» 😉 Efectivamente, los auto-correctores y las prisas escribiendo desde el móvil no ayudan, pero yo añadiría que cualquier persona que quiera dedicarse a escribir más o menos en serio -o que desee que los demás disfruten de sus historias- debería plantearse que escribir desde un móvil no es la opción. La escritura, para que sea buena, tiene que llevar su tiempo y ser revisada.
      Un saludo afectuoso 🙂

  3. Ildefonso Mancera Martin

    He reflexionado al respecto y como es casi imposible que se puedan confundir ambas palabras,no hara falta diferenciarlas,perdona.

  4. Pingback: 10 errores de escritura que pueden descalificar tu relato ‹ Diana P. Morales, consejos e inspiración para vivir una vida creativa y desarrollar tu talento.

  5. Cesar Delgado

    Excelente profe. Aprendí muchísimo en este blog. Gracias por compartir esa valiosa información.

  6. Caro

    ¡Hola Diana!
    ¿El uso de «las de él/ las de ella» en vez de «las suyas» es una cuestión de estilo?
    La duda me surge porque «detrás mío» es incorrecto y no sé si usar una opción u otra es una cuestión de gusto o de aplicación correcta del posesivo.
    DEcir «mis uñas estaban impecables, las suyas tenían el esmalte corrido» o «mis uñas estaban impecables, las de ella tenían el esmalte corrido».
    ¿Es lo mismo?
    Gracias por tu respuesta 😀

    1. Sí, es lo mismo, Carol. Como dices, es cuestión de estilo. A diferencia de «detrás mío», no es incorrecta ninguna de las dos opciones que mencionas. Un abrazo.

  7. Patricia Gutiérrez

    Muy buen post y mu bonito sitio. Gracias por compartir la información.

  8. Pingback: Errores de estilo al escribir narrativa - Diana P. Morales

  9. Fernando

    Genial, como siempre, excelente explicación
    Gracias por tan invaluable aporte.

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