post 5 situaciones inconfesables que todo escritor

Situaciones que todo escritor/a ha sufrido

Si llevas escribiendo un tiempo, seguramente te habrás dado cuenta de que la imagen romántica del escritor al que le llega mágicamente la inspiración y termina una novela en una noche es un poco… exagerada, ¿verdad? 

De hecho, el oficio de escribir consta tanto de inspiración como de perseverancia (como explico en este otro post, uno de los más importantes que leerás en mi web).

Y, cómo no, el oficio de escribir consta tanto de inspiración como de perseverancia (como explico en este otro post, uno de los más importantes que leerás en mi web).

Y también sufres momentos tragicómicos en los que te cuestionas si tienes «pasta» de escritor/a.

A todos/as nos suceden. Te lo aseguro.

Para vuestra tranquilidad, dejo aquí 5 situaciones muy comunes por las que todos/as hemos pasado alguna vez; seguro que te sientes identificado con más de una. Y seguro que puedes añadir alguna más en los comentarios que nos haya pasado a los demás. Anímate y la incluiré en mi post.

5 situaciones inconfesables que todo escritor/a ha sufrido

1/ Dudar sobre cómo debe seguir tu historia

Sí, sí, a mí me ha pasado también. ¡Pues claro! Cuando se te ocurre una historia, lo primero que tenemos claro es el conflicto principal (es decir, para entendernos: el problema gordo al que se enfrenta el/la protagonista).

Y normalmente empezamos a escribir como locos/as, emocionados por la idea tan genial que se nos ha ocurrido, sin detenernos a pensar que, antes de llegar al final, al personaje le tienen que pasar muchas cosas. Tanto en novela como en relato -aunque especialmente en una novela.

Así que no es raro encontrarse en la segunda página de un cuento, o en la página 20 de la novela preguntándote: ¿Y ahora qué demonios va a pasar? O, incluso: ¿En qué lío me he metido?

Para solucionarlo, viene muy bien planificar bien la historia antes de entrar en faena (a escribir, se entiende). Tengo pendiente un post sobre la Fabulosa y Divertida Aventura de Planificar y sus Increíbles Ventajas Para el Escritor. (Me encanta el título 😍)

Y otra cosa que también viene muy bien es hacerse esta pregunta: ¿Qué quiero, en realidad, decir con esta historia? ¿Por qué es importante para mí? En la respuesta puedes encontrar el camino que buscas. 😉

 

2/ Cogerle manía a uno de tus personajes

Esta puede ser un verdadero incordio, sobre todo si estás escribiendo una novela, o un guión u obra dramática. Saber que tienes que terminar una historia con más de 100 páginas y encontrarte con que, de repente, uno de los personajes principales te parece insoportable… ¡uf!  ¿Os ha pasado alguna vez?

Y si se trata de un personaje secundario, todavía, pero uno principal… es como si te hubieran echado una maldición de la que no tienes escapatoria. Bueno, o quizá sí.

Para los personajes secundarios hay una receta sencilla: tomárselo con humor. En este otro post dejé la clave para sacarles todo el partido a estos personajes. En cuanto a los protagonistas, el truco puede estar en conocerlos mejor. Ya, ya sé que creéis que los conocéis muy bien, ¡faltaría más, los habéis creado vosotros/as! 😂

Pero yo os animaría a descargaros y rellenar la ficha de personaje que regalo aquí aquí en mi web. Son muchísimas preguntas para llegar a lo más profundo del personaje.

Mi teoría es que, si los conoces muy bien, si sabes cómo han llegado a ser como son (así de insoportables)… entonces les empezarás a coger cariño. O los compadecerás. O ambas cosas, pero te habrás librado de la manía y podrás concluir tu novela con éxito.

3/ Perder -u olvidar- una idea

Que levante la mano al que no le haya pasado alguna vez. ¡Vaya fastido! Te ha surgido una idea que te parecía fantástica y, de repente, ya no la recuerdas. O la apuntas en una servilleta de papel y la pierdes. El apocalipsis. ⚡⚡⚡

Bueno, tal vez esto hoy en día no sucede tanto, ya que todos tenemos móviles con bloc de notas, o tablets, o, por supuesto, las insustituibles libretas que yo tanto adoro (¿vosotros/as no?). Pero aún así, a veces sucede: a mí, por ejemplo, se me ocurren muchas ideas en el duerme-vela, ese momento en el que estás casi dormid@ -o casi despiert@- y pienso que la apuntaré cuando me despierte… y ahí se quedó.

Mi único consejo en este sentido es: tranquilidad. A veces le damos un valor a la idea inicial mucho más alto del que en verdad tiene. Las ideas están en todas partes. Somos personas creativas: hemos tenido ideas antes y volveremos a tenerlas. Tranquilidad.

Y, además, siempre podemos coger una idea cualquiera, que en principio no nos parezca brillante, y trabajarla, pulirla para transformar la roca en diamante. Pensad que una idea tan trillada como «Chico conoce a chica pero ella está con otro» ha dado miles -¡miles!- de historias diferentes, entre ellas grandes obras maestras de la literatura y el cine.

4/ Borrar la mitad de tu manuscrito (o más)

Me refiero a borrarlo conscientemente, por supuesto -aunque perder un manuscrito por un error del ordenador también me ha pasado y no se lo deseo a nadie 😭). Pero en este caso hablo de ese momento tan deshonroso en el que tenemos que reconocer que nos hemos equivocado. Que hemos escrito 4 páginas, o 20, ¡o 40! (verídico, a mí me pasó) y reconocer que no sirven.

Cuando escribí mi primera novela (era muy joven y no tenía la técnica y los conocimientos que tengo ahora), tuve que empezar de nuevo tres veces distintas. En una de esas ocasiones tiré a la basura 40 páginas. Literalmente, lloré. Tenía la idea, pero la forma que le estaba dando no me convencía. Y entonces, vi la luz. Arranqué, planifiqué (¡por supuesto!) y así llegué hasta el final de Zaibatsu (final que, según me comentan los lectores, sorprende e impacta).

Por supuesto, esto en gran parte se puede evitar gracias a la  Fabulosa y Divertida Aventura de Planificar 😜; pero incluso cuando nos ocurre, sólo tenemos que pensar que haber escrito esas páginas (aunque luego las borráramos) era un paso necesario para delinear nuestra novela. Que sirvió de algo. Sirvió para que comprobáramos que eso no funcionaba y así, poder después probar algo diferente.

De todo se aprende. Y recuerda que, como dice

5/ Temporadas de sequía creativa

¿Tenías dudas de si sólo te pasaban a ti? Pues no.

Hay momentos en la vida en los que te bullen mil historias, siempre encuentras tiempo para escribir, te sientes inspirado. Y hay otros momentos en los que… pues eso. Bluf. Tal vez se te ocurre algo pero no te convence. Empiezas una página y no das más de ti.

Un día, con terror, te preguntas: ¿sufro bloqueo de escritor? Bueno, depende. Si deseas desesperadamente escribir, o tienes una gran idea, y eres incapaz de sentarte, entonces sí, sufres bloqueo (recuerda que dirijo un bonito curso online, muy económico y muy práctico, para resolverlo 😉).

Pero otras veces ocurre que, simplemente, estás entusiasmado/a por otras cosas en la vida y no sientes la necesidad. Y, milagrosamente, un día te levantas y, de la nada, empiezas a escribir como si nunca lo hubieras dejado.

De todas formas, si, aún así, quieres  romper esa sequía, hay dos o tres trucos que sirven. Por ejemplo: leer. A mí me ocurre que cuando leo y leo un libro tras otro, de repente me entran unas ganas tremendas de escribir. ¿A vosotros/as no?

Otra cosa que puedes hacer es jugar a escribir (en lugar de ponerte a escribir «en serio»). Para eso puedes, por ejemplo, unirte al grupo de facebook que coordino y en el que dejo dos jueguecitos de escritura por semana. Es muy divertido. 😄

Y otra opción puede ser empezar a escribir un diario. No se trata de ficción, es fácil de llevar (total, solo hay que contar lo que te pasa cada día) y la mano va cogiendo la costumbre de escribir de nuevo. Es buena costumbre, incluso, llevarlo por escrito. Yo lo hice durante muchos años y, aparte de servir para escribir, de esa forma tengo recuerdos para siempre. 😊 Nunca vienen mal.


¿Y tú? ¿Tienes más ejemplos de situaciones inconfesables que todo escritor/a tiene que pasar? Coméntalo aquí y lo incluiré en mi artículo. 


ACTUALIZADO: Dos situaciones más que le suceden a todo escritor/a:

6/ Escribir algo que te encanta y, al releerlo varios días después, pensar: «¡Esto es un horror! ¿De verdad fue esto lo que escribí el otro día?».

Surgida al hilo de la sugerencia de Débora Fernández.

7/ Descubrir un día que tienes más de 5 historias empezadas… y abandonadas. Nos ocurre a todos/as, ¿verdad? 😀

Sugerida por Key Ríos.



RECUERDA QUE SI QUIERES DAR UN SALTO EN LA CALIDAD DE TUS ESCRITOS puedes apuntarte a alguno de mis TALLERES LITERARIOS POR INTERNET en Portaldelescritor   y empezar a escribir con mi apoyo y revisiones, en compañía de otros escritores.

Y también puedes seguir aprendiendo con mis ebooks:

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Comentarios

  1. Genial artículo, muchísimas gracias. Mal de muchos, consuelo de tontos, decía mi madre, así que debo de ser muy tonta, pero me siento mejor al saber que no soy la única que ha pasado por todas y cada una de estas situaciones

  2. Entzo

    Escribir inspirado bajo los efectos del alcohol o de la marihuana, pensar que has escrito algo grande de verdad, y a la mañana siguiente leerlo y descubrir que solo era una montaña de basura… Distorsión de la realidad…

  3. Monica Druetta

    Lo que a mí me ha pasado que al no planificar una novela que había comenzado resultó ser mayor el hijo que el padre ji ji ji! !!

  4. Gladys

    Gracias de veras! Me ha estimulado. Alguien me ha dicho que mi problema es hacerme entender. Y lloro. Creo que eso es grave.

    1. MARIA

      Ensaya…ensaya…ensaya….nadie es perfecto! somos perfectibles!

  5. Juanmi46

    Olvidar una idea y/o borrar algo que me servía. ¡Insufrible, bien dices! Pero lo que también me ha ocurrido, por no planificar, claro, es no encontrar el final… Escribir, escribir y escribir… Tener la obra bastante adelantada y de pronto… ¡No saber cómo finalizarla! ¡Horroroso!
    ¡Gracias, Diana, por estos consejos que alientan tanto!
    ¡Ah!, espero con ansia ese post «Fabulosa y Divertida Aventura…»

  6. A mí me da pánico lo de escribir muchas páginas y después tener que tirarlas… Pero es verdad, no siempre lo que uno escribe sirve, a veces hay que rectificar 🙂

    1. Efectivamente, Laura. Y por experiencia te comento que, aunque duele, luego te das cuenta de que era la mejor decisión que podías haber tomado. 🙂
      Un saludo afectuoso

  7. Bonito artículo. Desde que descubrí esta página ha sido un aprendizaje y revitalizante cada vez que leo tus escritos. Alguna veces me ha pasado lo de la fuga de ideas y los escritos olvidados por ahí. No hay que perder la calma y tener la mente abierta en todo momento a la imaginación y creatividad. Saludos.

  8. Con lo que más me siento identificada es con lo de no saber cómo seguir con mi relato. Y aunque reconozco que algunas de mis mejores historias son las que más me ha costado parir, es cierto que tengo algunos relatos a medio escribir en el limbo de las historias abortadas

  9. Adriana Noemí Barrachina

    Escribí dos novelas y lo que más me cuesta es el final no deseo que termine porque sigo enganchada y enamorada de mis personajes.

  10. Luis Guillermo Mena

    Escribi tres libros como en cuatro meses con un gran entusiasmo y con el deseo que mucha gente los leyera , inverti dinero y mucho tiempo, hasta hice mi propia pagina wed para venderlos digitalmente , los considero de calidad, pero no he vendido nada por internet en el trascurso de un mes aproximadamente , me senti el escritor más fracasado del planeta, entonces no he vuelto a escribir nada, queria contar lo que me sucedio.

    Atte: Luis

    1. Hola, Luis: siempre podemos aprender de todas las experiencias. Aquí, por ejemplo, cuento cómo te puede servir: http://dianapmorales.com/2016/09/blog/como-aprender-de-una-mala-critica-yes-we-can/
      Una de los pasos que puedes dar es revisar tu obra. No la he leído, claro, pero tu comentario tiene muchas faltas de ortografía. Es fundamental cuidar la redacción para ser escritores y que la gente nos compre los libros. Hablo de ello en mi último post: http://dianapmorales.com/2017/04/blog/tildes-los-errores-mas-comunes-y-por-que-es-esencial-cuidar-tu-ortografia/
      Un saludo y espero haberte servido de ayuda ^_^

    2. Paula de Caso Garrido

      Hola, Luis! No te conozco de nada, pero bueno, yo te cuento un poco mi experiencia. Soy diseñadora web (freelance, además), y me he dado cuenta de que muchos nos creemos que por publicar algo en internet, nos van a llover las compras. Pero para mover un producto online, no basta con ponerlo y ya. Hay que pensar en estrategias de marketing, de difusión… ver en qué redes sociales es más adecuado difundirlo, quizás compartir parte del contenido gratuitamente (el primer capítulo, por ejemplo) para enganchar a los lectores, moverte por grupos de fb que puedan ser clientes potenciales… Por supuesto, los consejos de Diana van primero, pero si ya has pasado la etapa del desánimo, y has revisado tus novelas, y crees que tu producto es bueno, quizás lo que falle no es el producto, sino su difusión. ¡Ánimo, un mes no es nada de tiempo! Date margen y piensa un poco tu estrategia de marketing!

  11. Gema Vergara

    Atascarte en una frase, no encontrar el modo de expresar lo que deseas a tu gusto, puede ser muy frustrante. Cuando me ocurre soy incapaz de seguir hasta solucionarlo satisfactoriamente.

  12. MARTHA JIMENEZ

    Mil gracias por compartir estas experiencias, con lo cual los impases se hacen menos agobiantes…casi que pasan de tragedia a comedia!

  13. Paula de Caso Garrido

    Ouch, necesito el post La Fabulosa y Divertida Aventura de Planificar y sus Increíbles Ventajas Para el Escritor ya… jajaja, gracias, Diana! me encantan tus consejos! ahora sólo necesito desatascarme y conseguir planificar las aventuras de mis personajes… Siento que sin planificar todo lo que les va a pasar, no soy capaz de sentarme a escribir. Supongo que mi lado controlador está saliendo en este proceso creativo jejeje. Un saludo!!

  14. Cuando se escribe de forma profesional, se reducen muchos de esos factores que mencionas. Sin embargo, también es cierto que uno debe aprender a escuchar su «yo» interior, ese que te convierte en alguien más terrenal y menos creativo.
    En muchas ocasiones, es bueno desconectar realizando otras actividades, sean relacionadas con la escritura o no. En mi caso, impartir talleres de escritura me ayuda a despejar la mente y centrarme en otra labor.
    Por cierto, Diana, felicitarte por tus artículos. Algunas veces los comparto con mis alumnxs para que tengan ejemplos de lo que les explico.
    Un saludo

  15. Yasmin

    A mi me ha pasado q el bloqueo me lo causaban otros: decian que me apoyaban para q me dedique a escribir pero luego se venian a instalar a la casa en horarios en los que nunca estaban y me reclamaban atencion todo el rato. Y el estres, por experiencia propia, es el bloqueador por excelencia. A dios gracias, luego de años, he encontrado al fin la paz.

  16. J.R. Baizan

    Tener a dos novelas entre manos, y sentirte mal por dedicar más tiempo y energías a una que a la otra.

    ¿Será verdad eso de que son como nuestros hijos? 🙂

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