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Por qué es importante para los artistas hacer locuras

Todas las personas creativas tenemos que enfrentar los mismos obstáculos: la duda, la inseguridad, la crítica, los juicios ajenos… Obstáculos que hacen que cometamos el peor error de todos, detenernos antes de terminar nuestra obra. Algunos incluso se detienen antes de empezar (!).

A pesar de que uno quiere echar la culpa de sus bloqueos y frenazos al mundo exterior, la realidad es que la única cosa que nos detiene es esta frase:

«Bah, ¿para qué voy a seguir? Esto es una tontería, es una locura«

Añádase después algún complemento a elegir entre: «no me va a salir bien», «no tengo talento», «no le va a interesar a nadie», «no está de moda», «no es original», «no voy a saber venderlo», «me dará vergüenza enseñarlo»

Pero tomad nota, porque esta otra frase resume una gran verdad que os puede cambiar la vida:

Cualquier cosa que merece la pena hacer parece, al principio, una locura.

Recordad que en nuestra vida diaria estamos tumbados con la mantita en nuestro cómodo sofá,  llamado «zona de confort». Todo lo que sea salir de él, haciendo algo diferente, siempre da miedo al principio. Pero, os pregunto: ¿cuántas cosas interesantes os han pasado estando ahí sentados? ¿Ha venido alguien a ofrecerte el trabajo de tu vida? ¿Ha entrado por la puerta la chica/o de tus sueños, con quien nunca has hablado? ¿Has ganado un premio literario tumbado en el sofá sin hacer nada nuevo?

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Imagen: pxfuel.com

Sí, estar ahí sentaditos sin hacer nada nuevo nos hace sentir bien, pero ¿nos hace sentir bien con nosotros mismos?

Notad la diferencia de matiz. Hay cosas que nos hacen sentirnos bien en ese mismo momento (comer una tableta de chocolate, por ejemplo), pero no al día siguiente. Y hay cosas que en ese momento no son tan atractivas (como ir al gimnasio) o incluso dan miedo (presentarse a un premio, terminar nuestra novela, hablar con esa chica) que, sin embargo, nos hacen sentirnos bien con nosotros mismos.

Todo lo que merece la pena hacer, todo lo que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos, está fuera de nuestra zona de confort. Significa poner pie en territorio resbaladizo, no saber qué va a pasar… hacer una locura.

Estas son dos preguntas poderosas que te pueden ayudar a dar el salto:

  • Hacer esto, ¿me va a hacer sentir bien conmigo mism@?
  • Dentro de diez años, ¿me arrepentiré de haber hecho esto o, por el contrario, de no haberlo hecho?

Dentro de diez años, ¿qué te dirás a ti mism@? ¿»Qué bien que nunca empecé esa novela«? ¿O, por el contrario «Maldita sea, debí haber escrito esa novela hace diez años. Qué tonto fui. En todo este tiempo seguro que podría haberla mejorado y publicado» ?

Recuerda que el tiempo va a pasar de todas formas, así que, ¿por qué no aprovecharlo haciendo lo que quieres hacer?

Pero no quiero que os vayáis solo con estas ideas en abstracto:

Ejemplos de la vida real de personas que realizaron «locuras».

El primer ejemplo que os quiero poner es George Lucas. Como sabéis, es el director y guionista de «La guerra de las Galaxias», esa película que se convirtió en un clásico instantáneo en 1977.

No se puede pensar en una locura mayor que realizar una película de aventuras galácticas, con todo lo que implica de presupuesto e inversión, en un momento en el que ese tema no estaba de moda. El estudio no confiaba en la película, le dieron el visto bueno porque pensaban que era para niños. El disfraz de Chewacca parecía ridículo, las naves eran de juguete. Los actores se burlaban cada vez que tenían que decir «Que la Fuerza te acompañe», pensando que era una frase absurda y que la gente se iba a reír de ellos en su cara.

Pero Lucas continuó con su visión y todos sabéis lo que sucedió: un éxito sin precedentes en una película de aventuras y una frase que ya es parte de la cultura popular.

El segundo ejemplo es el del joven Werner, un chico que en los años 30 le preguntó a su profesor de matemáticas qué cálculos había que hacer para que un cohete fuera a la luna. El profesor se rió de él, diciendo: «Tú no necesitas un cohete… Ya estás en la luna todos los días». El joven acabó siendo expulsado del instituto por el escándalo que levantaban sus «lunáticas» preguntas.

Ese chico era Werner Von Broun quien, muchos años después y en EEUU, dirigiría el primer equipo de ingenieros que construyeron el Saturno V, el gigantesco cohete que lanzó al Apollo XI y llevó a los primeros astronautas a la luna.

Así que ya sabéis, apuntad a la luna. Al menos, si falláis, acabaréis en las estrellas 😉

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