El espacio para escribir: haz sitio para soñar
«Un escritor es aquella persona a la que le cuesta escribir más que a los demás» dijo Richard Bach. ¿Irónico? En absoluto. Por eso es importante reservar un sitio especial para ello.
En el post de esta semana quería hablar de lo importante, esencial, que es disponer de un sitio especial para escribir. Ya que a todos nos cuesta arrancar el proceso de escritura, lo mejor es allanarnos el camino con un sitio que resulte cómodo, armonioso e inspirador.
¿No consigues escribir cuando te lo propones? Tal vez tu espacio para escribir no reúne las cualidades indispensables de nuestro cuarto para soñar:
- Es un sitio donde puedes aislarte y nadie te interrumpe: la soledad y la concentración es clave para escribir. En la medida de lo posible, intenta que tu cuarto para soñar tenga una puerta y que se mantenga cerrada mientras dura tu sagrado horario de escritura. Hay quien aprovecha el dormitorio en horas diurnas, o un cuarto sin usar en la casa; o hay quien acondiciona su terraza.
- Es un sitio en el que estás cómodo/a: la comodidad tiene tantas definiciones como personas existen, pero, desde luego, al menos ten una buena silla, donde puedas estar sentado durante horas sin que te duela la espalda, y un buen escritorio o mesa donde tengas a mano lo que necesites: en mi caso, agua o té para beber, frutos secos para picar, lápices, libros de consulta…
- Está ordenado: por supuesto, cada persona es un mundo y los hay que escriben en medio del caos… pero, por lo general, una mesa desordenada no ayuda a la concentración. Y ponernos a ordenarla suele ser una de las excusas más habituales para no escribir, así que mantenla limpia y solo con lo imprescindible.
- Te resulta acogedor e incluso inspirador: Todo lo anterior está muy bien, pero el resultado aún puede ser frío. Echa un vistazo a tu escritorio, ¿dice cosas de ti? ¿Te anima? ¿Te recibe con los brazos abiertos? Dale entonces un repaso:
- Coloca una planta o una flor o una pecera, por ejemplo. ¿Tiene suficiente luz? Añade un flexo o una lámpara de pie. Cuelga fotos o postales que te resulten entrañables, incluso frases inspiradoras. En el mío hay un post it con el consejo del inmortal Plinio el viejo: «Nulla dies sine linea» (Ni un día sin escribir una línea).
Aquí está el mío 🙂
¿Qué otra cosa no puede faltar en tu escritorio? Cuéntamelo en los comentarios 😉
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Felicidades. Mi casa sólo tiene dos puertas: la entrada principal y la del baño. Tengo un espacio, en mi recámara junto a la oficina de mi esposo. Si prenden la televisión se me acabó el silencio. Prefiero hacer algo en el trabajo (soy bibliotecaria) pero mis colegas hablan mucho y no siempre los usuarios dan tregua. Me entristece no tener ni el tiempo ni el lugar ideal para escribir. Siendo niña cerraba la puerta de mi cuarto y no salía de ahí hasta luego de terminar relatos enteros. Extraño eso.
¡Muchas gracias, Diana! En la salita de escritura puede faltar también música clásica suave. ¡Saludos!